Anécdotas del prestigioso y controvertido árbitro Michel Vautrot


Michel Vautrot nació el 23 de octubre de 1945 en Saint-Vit, Francia. Hijo de una familia de granjeros, de pequeño fue débil y enfermizo, hasta el punto que problemas de corazón lo tuvieron alejado de la escuela durante un año. Superados esos problemas, Vautrot decidió ser árbitro a los 14 años de edad. Al año siguiente, ya arbitraba partidos en torneos locales.
En 1963 ya era árbitro oficial, al mismo tiempo que trabajaba como periodista deportivo en un periódico local de Besançon. Diez años después debutó en Primera y en 1975 ya era internacional. Fue elegido como mejor árbitro del mundo en 1988.
Entre sus encuentros internacionales vamos a nombrar tres por sus anécdotas:
En la semifinal de la Copa de Europa de 1984 que enfrentaban a la Roma y al Dundee United escocés, los británicos habían ganado en la ida por 2-0 y los italianos debían remontar en casa. Al parecer, el presidente de la Roma, Dino Viola, le ofreció 10 millones de pesetas. El dinero nunca llegó a Vautrot, que anuló dos goles ese día a la Roma. Pese a todo, los italianos ganaron 3-0 y pasaron a la final. Viola fue duramente sancionado.
Vautrot pitó la vuelta del partido de primera ronda de 1989 entre la Fiorentina y el Atlético de Madrid. Los colchoneros, que habían ganado en la ida por 1-0, cayeron en la vuelta por idéntico resultado y eliminados en los penaltis. Jesús Gil, presidente del club madrileño, declaró en Radio Nacional al acabar el encuentro que Vautrot era “un maricón” al que los italianos le habían premiado “con un niño rubio de ojos azules”. Evidentemente, semejante barbaridad fue sancionada con dos años de inhabilitación.
Y en 1990, fue seleccionado para el Mundial de Italia. Donde fue designado, entre otros encuentros, para la semifinal entre Argentina e Italia en Nápoles. Con 1-1 en el marcador, el partido se fue a la prórroga. En el primer tiempo del período extra, espectadores y jugadores asistieron sorprendidos a cómo la duración del mismo era de 23 minutos. La explicación que luego dio Vautrot no fue menos sorprendente: se le había olvidado consultar su cronómetro. Al año siguiente, colgó el silbato.
Tras su retirada, Vautrot fue hasta 2004 presidente del Comité de designación de los árbitros en Francia. Desde entonces y hasta ahora, es observador de la UEFA. Nicolas Sarkozy, expresidente de la República Francesa, lo condecoró en 2009 como caballero de la Legión de Honor.

Fuente: 20minutos


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