Guruceta Muro: Leyenda y polémica
Nacido en
San Sebastián el 4 de noviembre de 1941, Emilio Carlos Guruceta Muro, la suya
fue una carrera fulgurante en el arbitraje. Con 25 años pitaba en Tercera y
tres años después debutaba en Primera División. Un 25 de febrero de 1987, cuando
viajaba hacia Pamplona para dirigir el partido de Copa del Rey Osasuna-Real
Madrid de Copa del Rey, sufrió un accidente en Fraga, provincia de Huesca, en
el que Guruceta y uno de sus asistentes, Vidal Torres, perdieron la vida. (entonces
vivía en Elche donde tenía una empresa de calzado deportivo)
Guruceta
fue el primer árbitro moderno de España. Con él acabaron los colegiados pasados
de peso y nada dialogantes. Guruceta tenía una gran forma física y se
caracterizaba por hablar con naturalidad con los jugadores.
Su nombre
ha quedado en la historia por su gran categoría arbitral y el trofeo al mejor
árbitro de cada temporada lleva su apellido. Aunque también se le recuerda por
una gran polémica decisión arbitral.
“Entonces no había pinganillo y nos solíamos
comunicar con Guruceta por contraseñas, que resultaban muy eficaces, pero con
aquel follón en el Nou Camp fue imposible advertirle que la falta de Rifé a
Velázquez había sido fuera del área”, comenta Luis Olasagasti, el linier que
corría la línea del área barcelonista en el partido de Copa Barcelona-Real
Madrid, que se produjo el 6 de junio de 1970.
“El
partido iba bien, aunque el ambiente en el campo estaba muy cargado, con mucha
ansiedad después de que el Barcelona marcara un gol y se acercara a igualar la
eliminatoria. Era un partido de Copa y en la ida el Madrid había ganado por
2-0. Yo cubría la zona del área madridista y el linier de la otra banda era
Eusebio Nieva. Estábamos muy compenetrados y todo parecía estar controlado,
pero llegó esa jugada y no hubo manera de indicarle a Emilio lo sucedido. De
todos modos no sé si me hubiera hecho caso porque si él lo veía claro, su
decisión solía ser firme”, afirma Olasagasti.
La noche
fue larga para Guruceta y sus liniers, que acabaron en comisaría. “Nos
tranquilizó mucho que nos acompañara González Echeverría, el presidente de los
árbitros guipuzcoanos. Nosotros actuamos de buena fe y no comprendíamos que una
decisión arbitral fuera un tema de comisaría”.
El
periodista Gorka Reizabal, que fue árbitro y actuó como linier en tres
ocasiones con el famoso colegiado, expresa su carácter:”Guruceta era muy
dicharachero, muy simpático, pero en el campo imponía con su presencia. Entró
en el arbitraje como un ciclón, subió de Tercera a Primera en tres temporadas y
con 28 años estaba entre los mejores. Su aspecto esbelto y su forma física contrastaban
con muchos de los otros colegiados que parecían señores mayores y fondones. Fue
el primer árbitro atleta, el primer árbitro rutilante. Le lanzó González
Echeverría, que quizás se veía retratado en él, y destacó muy pronto”
Guruceta
era ya famoso antes del incidente del Nou Camp. El propio Reizabal comentaba
hace años en un artículo que el colegiado creó polémica hasta con su boda, una
exclusiva fotográfica que vendió a la revista '¡Hola!' por medio millón de
pesetas.
Desde
aquel incidente, Guruceta dejó de arbitrar al Barcelona que año tras año le
recusó hasta 1985. "Me utilizaron políticamente. Sé por boca de un ministro que
mi caso estuvo en una mesa ministerial. Se trataba de dar una satisfacción a
Cataluña, y a mí me cogieron de tonto", comentó Guruceta en 1980. Fue
sancionado durante seis meses. "Fue una sanción incomprensible, le acusaron de
provocar un conflicto de orden público. ¿Cómo se puede ocasionar eso al señalar
una falta dentro o fuera del área?”, comenta 'Pato' Reizabal.
Tras seis
meses de sanción, Guruceta siguió su carrera. Fue árbitro internacional,
dirigió partidos en los Juegos Olímpicos de Montreal y Moscú, pero volvió a
toparse con el escándalo por una acusación de soborno por parte del Anderlech
en un partido con el Nottingham.
Fuente: El Diario Vasco
Fue un árbitro que se demostró que se vendió. Fue un corrupto, eso sí, simpático y dicharachero.
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