“Llegué aquí para seguir aprendiendo y mirar siempre hacia adelante"


Los sueños de Oumar Farougou son como los de muchos jóvenes que sintiéndose atraídos por un mañana mejor se atreven a llegar a estas tierras desde el continente africano. En la actualidad trabaja de mecánico y acaba de debutar como árbitro de fútbol en la Primera Galicia.
¿Hace cuánto llegó a Ourense? 
Nueve años. Es una larga historia que empezó en mi país aunque prefiero no contar todo. Me marché voluntariamente porque escuchaba decir por otros que Europa era lo mejor. Así me largué de casa. La situación allí sigue igual, no hay mucho futuro y la gente por lo que ve en la tele piensa que al llegar aquí va a mejorar su vida.
¿Cómo fue su adaptación? 
Mi idea era integrarme lo más rápido posible, hacer lo que me gusta y pasármelo bien con buena gente aunque no por ello voy a olvidar mi cultura y el país de donde vengo. Empecé a estudiar español para poder comunicarme y luego hice un cursillo de mecánica donde le comenté al profesor que nos daba clases que buscaba trabajo y él me ofreció ir a su taller para seguir aprendiendo el oficio.
¿Ha notado un trato diferente por ser negro? 
Al principio, mientras no te conocen guardan un poco de distancia, pero a medida que pasa el tiempo ganas su confianza y todo cambia. 
¿Qué le llevó a ser árbitro de fútbol? 
Siempre me gustó el fútbol y lo primero que intenté buscar fue un cursillo de monitor de fútbol base para ser entrenador. Pregunté en la Diputación y Bernardino González me dijo que en ese momento no había, pero sí de árbitro, que también está relacionado con el fútbol. Me apunté y me dijeron que era apto para arbitrar.
¿En tres años dio un salto histórico a la Primera Galicia? 
Es una categoría muy bonita y para llegar estuve toda la temporada anterior trabajando muchísimo y además mis otros compañeros me ayudaron, corrigieron, enseñaron y aconsejaron. Esto te motiva mucho para mirar hacia adelante.
¿Cómo está siendo el comportamiento de los jugadores? 
A lo mejor ellos sí que hablan, porque ves su reacción al verte, pero si no te lo dicen en la cara tú no vas a opinar ni imaginar lo que te puedan llegar a pensar. Voy a los partidos intentando hacerlo bien y no me importa lo que opinen los demás sobre el color de mi piel, pero en general el trato con los equipos es bueno aunque siempre hay alguno por ahí que te diga cosas que no son deseables escucharlas.
Y en su familia, ¿cómo se tomaron lo del arbitraje? 
Muy bien, sólo me preguntan si me insultaban y les dije que no, en parte para que no se preocupen, y que tampoco te pegan como ellos podrían pensar.
¿Cómo ve su futuro y cuáles serán sus metas? 
Mis metas es el ir día a día, trabajar y hacer todo lo posible en lo que pueda, como así también aprender lo máximo de la gente que me rodea. Del resto, Dios y el tiempo dirán. No puedo decir que mañana voy a estar en este u otro sitio o hacer otro tipo de actividades. Nunca se sabe a lo que se puede llegar, las cosas varían constantemente y tal vez dentro de poco esté en algo diferente a lo que pensaba.
Noticia e imagen: La Región

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