El árbitro que cambió el silbato por el banquillo

El pasado 28 de junio Javier Mañas Larrubia colgó el silbato después de 24 años dedicado en cuerpo y alma al arbitraje. En el vestuario del de El Pedregal de Castillo de Locubín, donde se había disputado la final de la Copa Subdelegado, se despidía de sus asistentes, Lorente Palacios y López Mora, con un nudo en la garganta. “Hasta aquí hemos llegado chicos. Gracias por todo”, les dijo con la voz quebrada. Ponía punto final a su carrera como colegiado, pero no a su relación con el fútbol. Javier Mañas, profesor de Educación Física en el colegio La Presentación de Linares, ha compaginado su faceta como árbitro de Tercera —categoría en la que ha estado catorce temporadas— con la formación de los más pequeños. Los éxitos en el terreno de juego no tardaron en llegar y fue entonces cuando decidió tomarse más en serio lo de ser entrendor. 

Javier Mañas se sacó el título nacional y comenzó su etapa como técnico en el Linares juvenil, con el que consiguió el ascenso. Este curso, decidió dar un paso más y hacerse cargo de un equipo aficionado. Recibió tres ofertas y se decantó por la del Vilches, equipo de la Segunda Andaluza, donde es, además del técnico, el preparador físico y el responsable de la cantera. “Todo en uno”, bromea. Dice estar encantado con lo que hace, aunque reconoce que lo que peor que lleva es su relación con el colectivo arbitral. “Sé lo que es estar al otro lado de la barrera y, por tal motivo, trato de ser diplomático y ayudar en todo lo posible, si bien me cuesta mucho”, admite. Es un entrenador metódico, que cree el colectivo está por encima de las individualidades y que solo con el trabajo y el esfuerzo se logran las victorias. Es admirador del “Cholo” Simeone, por su carácter ganador y competitivo, y de Pep Guardiola, por su concepción del fútbol.

Noticia e imagen: http://www.diariojaen.es/

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