Grandes derbis por descubrir. Parte X (final).

Bucarest, la Copa del poder

 

25 de junio de 1988. Final de la Copa de Rumanía. Minuto 87. Empate a uno. Gica Hagi envía un balón a Gabi Balint y éste, en posición legal, marca dándole el título al Steaua de Bucarest frente a su eterno rival y vecino, el Dinamo. Una jugada para el recuerdo... por lo que pasaría después. El linier decidió anular el tanto por fuera de juego y mientras el árbitro validaba su decisión, en el campo se montó una tangana colosal que sólo paró un hombre: Valentin Ceausescu. Hijo de Nicolae y acérrimo seguidor del Steaua ordenó a la policía que metiera a los 'suyos' en el vestuario y espetó: "¡Que se queden con la Copa y se la metan por el culo!".

 

No le hicieron mucho caso. O... ¿Sí? Días después, tras presiones gubernamentales, el trofeo volvió a manos del Steaua pero tras unos pocos meses, con la caída de la dictadura, éste se lo quiso devolver al Dinamo que lo rechazó. Se convirtió en un símbolo: qué club era el 'preferido' del poder. Lo cierto es que un día ambos lo fueron. El Steaua, que en 1986, antes de aquella Copa, le había ganado una Champions al Barcelona en Sevilla, era el equipo del ejército, del Ministerio de Defensa y el Dinamo, el conjunto de la Policía, del Ministerio del Interior. El primero suma 25 títulos ligueros, el último este 2014, y el segundo acumula 18






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