Ester Parramon cambia el balón por el silbato

Cuando uno tiene 21 años, esta en su mejor momento deportivo, disfruta jugando al fútbol y lo compagina con sus estudios, es difícil pensar en colgar las botas y dar un giro en su vida para centrarse en otra profesión tan distinta y a la vez polémica como es el ser árbitro.
Ester Parramon nació el 23 de enero de 1992 en Girona. Enamora de un balón desde bien pequeñita comenzó a dar patadas con apenas 3 años. Muy pronto su hermana fue la primera en apuntarla a un equipo de fútbol. Primero tuvo que jugar con equipos masculinos donde ya destacaba por encima de algunos compañeros. El L'Estartit y el Girona han sido los dos grandes equipos femeninos por los que ha pasado, aunque el camino hasta llegar ahí no fue fácil. Debutó en Primera con 15 años en las filas del L'Estartit aunque compaginándolo con el equipo de categoría nacional. De ahí se marchó a jugar al equipo de su ciudad, el Girona donde jugó la promoción, pero la primera división volvió a llamar a la puerta de Ester por lo que retornó al L'Estartit. "Mi último año, hay que destacar que fue el mejor año de mi vida, en cuanto a juego colectivo e individual y en cuanto a volver a jugar una promoción y estar a un sólo gol de lograr el ascenso", comenta Ester.
Tras disputar el playoff de ascenso a primera con el Girona y caer en la final frente al Torrejón, Ester decidió dejar a un lado su carrera como futbolista para centrarse más en el arbitraje. Ella misma reconoce que estaba atravesando su mejor momento como futbolista. Ester explica los motivos por los que tomó esta decisión: "Se me abrió una puerta que pensaba que no se me abriría o que no me iría tan bien. Entonces, decidí lanzarme a la piscina. Es más fácil poder volver a jugar a fútbol que entrar en el mundo del arbitraje. Los años son vitales para arbitrar, para jugar la cosa es distinta". La catalana afirma sentirse con mono de fútbol pero no se arrepiente de la decisión tomada. "Me hubiera encantado poder coger una llamada y que me dijeran que tal equipo estaba interesada en mi, pero la cosa no esta para tirar cohetes", apunta Ester.
Puerta abierta a volver a ser futbolista


Ahora los fines de semana los pasa sobre un terreno de juego pero en lugar de marcar goles o cubrir a una delantera, Ester imparte justicia sobre el verde señalando faltas o sacando tarjetas. La catalana se muestra feliz de como ha empezada la temporada y afirma sentirse muy a gusto: "Veo mucho futuro en el arbitraje, están promocionando mucho a las chicas y esto es importante". Ester es realista y sabe de las dificultades para seguir creciendo pero se muestra optimista: "Mi objetivo es el mismo que era cuando jugaba al fútbol; entrenar día a día, y seguir luchando para llegar a los más alto. Esta claro que me gustaría llegar a pitar en Primera división".
El arbitro suele ser el centro de las críticas en muchos partidos, pero de momento ella esta contenta del trato recibido: "Les sorprende ver arbitrar a una chica pero los jugadores me tratan genial, siempre se quejan, pero es normal. Yo cuando jugaba también protestaba. Y en cuanto a los aficionados hay de todos los gustos y colores. El típico que te felicita, el otro que no te dice nada, o el otro que te lo protesta todo, pero es normal", señala Ester.
Ahora se centra en el arbitraje pero como ella dice: "No cierro ninguna puerta a volver a ser futbolista, siempre y cuando pueda combinarlo con mi carrera arbitral". Respecto a las cualidades que tiene que tener un buen árbitro, Ester lo tiene claro: "Tienes que ser muy regular y neutral. Además de estar muy bien preparado físicamente". Los partidos de la Tercera división catalana y sus estudios en Educación Social que acaba de empezar este año, son su día a día. Cambiar el balón por el silbato puede llegar a cambiar la vida de una persona, en este caso la de Ester Parramon.
Noticia e imagen:http://www.marca.com/

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