Elena ejerce de colegiada en Castilla y León: "El árbitro tiene que tener vocación y ganas"

Elena Peláez, palentina, acaba de alcanzar la mayoría de edad, pero ya son seis los años que ejerce de colegiada. Elena es una de las trece mujeres que forman parte del Comité Técnico de Árbitros de Castilla y León, un colectivo que en la actualidad reúne a unos 1.000 árbitros en esta Comunidad Autónoma y a unos 9.000 en toda España. En la campaña 2009-10 se estimaba que ejercían labores arbitrales en todo el país unos 8.800 hombres y unas 277 mujeres.

En el fútbol todavía pesa mucho lo masculino, pero las vocaciones no entienden de nombres o sexos; simplemente de personas. Un componente fundamental en el engranaje del fútbol, ya sea pitando o auxiliando, que no siempre es respetado. Polémicas y debates que liman el respeto hacia un rol tan necesario como denostado en el que ninguna categoría, da igual estar en Primera División, en Regional o a nivel provincial. En la élite o en el fútbol base.

La revista de la Federación de Fútbol de Castilla y León, En equipo, se acerca en su número de febrero a sus mujeres árbitros. "El colectivo arbitral femenino está empezando a caminar y a gustar, al igual que el fútbol femenino", comenta la burgalesa Irene Pascual. "Ser árbitro es algo maravilloso, me aporta algo que no sabría explicar, me llena de energía,  simplemente me apasiona", aporta la leonesa Sebi Morente, colegiada de 43 años que se inició cuando su hijo se acercó al balompié y comprobó que a nivel provincial había carestía de árbitros.

Tras los pasos de María Luisa Villa

"El árbitro –comenta Elena- tiene que tener vocación y ganas. Hace falta trabajar duro y ser muy constante". Elena ha seguido los pasos de dos mujeres como María Luisa Villa, que en 2007 se convirtió en la primera que ejerció en Primera División,  o como Marta Frías, con una dilatada experiencia en Segunda B, Tercera y también árbitro internacional. "Que sea mujer queda como anécdota nada más saltar al terreno de juego, después empieza el partido y ya no te ven como mujer, sino como árbitro asistente", indicaba Villa en su día.


Más allá de sexos, la polémica y sus tentáculos son malos aliados de la labor arbitral. ¿Acaso los peores? "No hay que volver a atrás. Igual que en el caso de un entrenador o un futbolista, las declaraciones posteriores al partido no tienen sentido. Hay que pensar en el siguiente encuentro, que será totalmente distinto. Los errores son humanos, el árbitro no ve en cámara lenta ni repeticiones, el colegiado cree que es lo correcto por eso lo hace y lo pita", argumenta la vallisoletana Raquel García, quien a sus 26 años cuenta con doce de experiencia en los terrenos de juego.

"Hay que ser valiente, enfrentarse durante noventa minutos a situaciones complejas y resolverlas en segundos es una gran responsabilidad", concluye Estefanía Benito Benito, aún a pesar  de que, cuenta, en muchas ocasiones "hay que aguantar" despropósitos.
Noticia e imagen:http://www.20minutos.es

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