Asturias, árbitros en cantidad y con calidad
El arbitraje en Asturias lleva tiempo gozando de gran salud. Así, al menos, lo consideran tanto el presidente de la Federación Asturiana de Fútbol, Maximino Martínez, como el presidente del Comité Técnico de Árbitros asturiano, Jose Manuel Suárez.
«Durante años hubo un gran problema con los árbitros. Algo que ahora no sucede. Aprovecho para agradecer a aquellos árbitros que se colegiaron en Asturias entonces. Gracias a ellos hemos conseguido que en Asturias no se quedara nunca sin jugar un partido porque no hubiera árbitros para dirigirlo». Pero ahora ese problema ha desaparecido y el número de árbitros es más que suficiente: 180 para fútbol sala y 403 para campo.
Maximino Martínez y Jose Manuel Suárez coinciden en una misma cosa cuando se les pregunta por la razón que ha llevado a ese incremento de árbitros: la formación 'on-line'. Para Suárez es justo destacar la labor que ha venido realizando a este respecto Marco Antonio Santurio, director técnico del Comité asturiano de árbitros: «Él es quien se encarga de captar y de formar a gran parte del Comité. Hace una labor extraordinaria, con un sistema muy novedoso de formación a través de Internet».
Y es que Suárez explica que ese sistema, más cómodo para todos los que deciden ser árbitros, es el principal responsable de que Asturias tenga nuevas altas de árbitros periódicamente. «El sistema funciona muy bien y nos alimenta. Además llegan cada vez mejor formados y en mayor cantidad», insiste Suárez.
Otra de las razones que explica el alto número de árbitros que ahora dirigen partidos por Asturias podría ser la crisis. «Posiblemente haya cierta influencia. Pero hay que tener en cuenta que en el fútbol base se gana muy poco. Y hay que partir de la base de que los árbitros de esas categorías son muy jóvenes y que por esta labor pueden tener una ayuda semanal de 20 o 30 euros», explica el presidente del Comité.
Además, Suárez hace bastante pie en explicar que hacerse árbitro no es tan sencillo como se podría creer. Hay un nivel de exigencia alto y no todos los que empiezan a hacer el curso lo acaban. Y eso sin contar que, como explicaban los colegiados Salas y Ortega, no todo el mundo es capaz de aguantar la presión a la que se somete un árbitro al dirigir un partido.
«El nivel de exigencia del curso de árbitros es muy alto. Cualquiera puede hacer el cursillo, pero requiere un esfuerzo muy importante, tanto para adquirir los conocimientos teóricos como para estar a punto físicamente». Para muestra un botón: la última incorporación fue de 29 colegiados. En ese cursillo comenzaron 80. «Algunos lo dejan porque no dan el nivel mínimo y otros porque se dan cuenta de que no les apetece», dice Suárez.
El arbitraje, como en los casos de Edwin Sala y Kevin Ortega, también ha sido un reclamo para los inmigrantes, algo que ha ayudado a que la salud del arbitraje mejorara. «Se han incorporado algunos y nosotros encantados de que vengan», dice el presidente de la Federación Asturiana de Fútbol.
Maximino Martínez aprovecha para hacer un nuevo agradecimiento a los que estuvieron cuando el arbitraje pasaba por las vacas flacas: «En los tiempos difíciles había árbitros que pitaban cinco partidos en un fin de semana. Ellos consiguieron que en Asturias nunca se haya quedado un partido sin pitar por un colegiado de la Federación».
Noticia:http://www.lne.es/
«Durante años hubo un gran problema con los árbitros. Algo que ahora no sucede. Aprovecho para agradecer a aquellos árbitros que se colegiaron en Asturias entonces. Gracias a ellos hemos conseguido que en Asturias no se quedara nunca sin jugar un partido porque no hubiera árbitros para dirigirlo». Pero ahora ese problema ha desaparecido y el número de árbitros es más que suficiente: 180 para fútbol sala y 403 para campo.
Maximino Martínez y Jose Manuel Suárez coinciden en una misma cosa cuando se les pregunta por la razón que ha llevado a ese incremento de árbitros: la formación 'on-line'. Para Suárez es justo destacar la labor que ha venido realizando a este respecto Marco Antonio Santurio, director técnico del Comité asturiano de árbitros: «Él es quien se encarga de captar y de formar a gran parte del Comité. Hace una labor extraordinaria, con un sistema muy novedoso de formación a través de Internet».
Y es que Suárez explica que ese sistema, más cómodo para todos los que deciden ser árbitros, es el principal responsable de que Asturias tenga nuevas altas de árbitros periódicamente. «El sistema funciona muy bien y nos alimenta. Además llegan cada vez mejor formados y en mayor cantidad», insiste Suárez.
Otra de las razones que explica el alto número de árbitros que ahora dirigen partidos por Asturias podría ser la crisis. «Posiblemente haya cierta influencia. Pero hay que tener en cuenta que en el fútbol base se gana muy poco. Y hay que partir de la base de que los árbitros de esas categorías son muy jóvenes y que por esta labor pueden tener una ayuda semanal de 20 o 30 euros», explica el presidente del Comité.
Además, Suárez hace bastante pie en explicar que hacerse árbitro no es tan sencillo como se podría creer. Hay un nivel de exigencia alto y no todos los que empiezan a hacer el curso lo acaban. Y eso sin contar que, como explicaban los colegiados Salas y Ortega, no todo el mundo es capaz de aguantar la presión a la que se somete un árbitro al dirigir un partido.
«El nivel de exigencia del curso de árbitros es muy alto. Cualquiera puede hacer el cursillo, pero requiere un esfuerzo muy importante, tanto para adquirir los conocimientos teóricos como para estar a punto físicamente». Para muestra un botón: la última incorporación fue de 29 colegiados. En ese cursillo comenzaron 80. «Algunos lo dejan porque no dan el nivel mínimo y otros porque se dan cuenta de que no les apetece», dice Suárez.
El arbitraje, como en los casos de Edwin Sala y Kevin Ortega, también ha sido un reclamo para los inmigrantes, algo que ha ayudado a que la salud del arbitraje mejorara. «Se han incorporado algunos y nosotros encantados de que vengan», dice el presidente de la Federación Asturiana de Fútbol.
Maximino Martínez aprovecha para hacer un nuevo agradecimiento a los que estuvieron cuando el arbitraje pasaba por las vacas flacas: «En los tiempos difíciles había árbitros que pitaban cinco partidos en un fin de semana. Ellos consiguieron que en Asturias nunca se haya quedado un partido sin pitar por un colegiado de la Federación».
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