Árbitro por convicción

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Atraído sólo por su auténtico gusto al futbol, sin herencia ni motivación familiar en este ámbito, Mario Esparza Ocampo se ha convertido en uno de los árbitros más destacados y constantes en Hidalgo (México): "Ningún miembro de mi familia es, y no creo que será, árbitro de futbol, pero respetan, admiran y apoyan mi elección, saben que es mi pasión y el medio que me ha redituado múltiples amigos y la oportunidad de trascender".
Con 35, de sus 51 años de edad, dedicados a la práctica de este oficio, Mario, tornero de profesión, inició jugando de defensa central, pero descubrió que ejercer la autoridad dentro del campo de futbol, con respeto y actualización constante, era su destino.
SUS INICIOS
Durante sus inicios perteneció al Colegio de Árbitros de Pachuca, que presidía Alberto Pérez y agrupaba a 70 nazarenos, después de un mes recibió su primera oportunidad como central en primera fuerza amateur en ligas como la que presidía Jesús Arellano (qepd).
Seis años después ingresó al profesionalismo durante una detección de talentos y exámenes teórico prácticos exigidos por la Femexfut; los evaluados fueron 520 silbantes de todo el país, 70 de Hidalgo y sólo aprobaron 60, entre ellos Mario Esparza.
SU VERDADERA POSICIÓN
Una vez instalado en el profesionalismo y por su condición física se desempeñó como asistente con la oportunidad de silbar tercera, segunda y primera división A y hasta semifinales en primera división profesional, así como torneos nacionales de gran relevancia.
Entre sus máximas satisfacciones cuenta un partido América vs Cruz Azul como central y un amistoso entre un equipo de Argentina y Tuzos del Pachuca, donde tuvo gran desempeño.
SUS MAESTROS
Los constantes cursos, convenciones y capacitaciones que lo llevaron a toda la república mexicana, son fortalecidos hasta la fecha con su preparación en la pista de atletismo y otras actividades que refuerzan su condición física, aunque reconoce que sus verdaderos maestros han sido los grandes "monstruos del arbitraje" con quienes tuvo la fortuna de compartir escenario.
"Aprendí mucho de personajes como Armando Archundia (su ídolo), Marco Rodríguez, Alcalá y Arturo Brizio, entre muchos más que me enseñaron la disciplina y determinación que me han llevado por una trayectoria limpia, sin contratiempos y con muchas satisfacciones", dijo Esparza.
El día de su despedida profesional durante un partido entre Cruz Azul vs Chivas con León Padrón Borja como central es otra de sus gratas experiencias deportivas.
COMO DIRIGENTE
En un mundo tan competido Mario Esparza sigue vigente, con la fortuna de alternar su quehacer como silbante, con su desempeño como presidente del Colegio de Árbitros de Pachuca, gremio que dirigió durante 13 años y un total de 60 miembros.
Convencido de que todo ha evolucionado para bien del bello espectáculo del futbol, que sigue habiendo respeto y compromiso ético, es actualmente delegado estatal de árbitros ante la Femexfut, sigue actualizándose y su reto a corto plazo es convertirse en capacitador de árbitros de futbol.
SUS SACRIFICIOS
Sin remordimientos, Mario Esparza confiesa que uno de sus grandes sacrificios ha sido no poder convivir con su familia los domingos, como lo hacen todos, pero a cambio ha tenido grandes satisfacciones.
Sus cuatro hijos, Édgar Iván, Mario Eduardo, Óscar Daniel y Rodrigo Yair, y su esposa María Eugenia Montes han sido su motivación y apoyo y aprovecha esta ocasión para agradecer su incondicional respaldo y comprensión.
EL MEJOR PALCO
Mario Esparza aprecia esta oportunidad que le ha dado el destino. "Toda mi vida he admirado el futbol desde el mejor palco, a nivel cancha, ejerciendo mi profesión y además me pagan, esto es sin duda un privilegio del que pocos podemos gozar y un reconocimiento para las mujeres que ejercen el arbitraje", dice con especial alegría.
Fuente: Criterio



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