Condenan a un futbolista y tres espectadores por agredir al trío arbitral

La Audiencia de Sevilla ha condenado a un futbolista del equipo de San Jerónimo, perteneciente a la Segunda Regional, y a tres espectadores a pagar sendas multas de 120 euros por agredir al trío arbitral, en un partido que iban perdiendo y del que varios de sus jugadores habían sido expulsados.
La Sección Tercera de la Audiencia, en una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, rechaza los recursos de los condenados, que negaron haber sido autores de la agresión y, a la vez, pidieron que un árbitro auxiliar fuese condenado por supuestamente agredir a dos de ellos con el banderín.
La sentencia, contra la que no cabe recurso, recuerda que el trío arbitral tuvo que buscar refugio en los vestuarios "ante las violentas y reprochables reacciones de algunas de las personas allí presentes".
Los incidentes ocurrieron el 10 de octubre de 2004 en el campo del San Jerónimo, situado en la avenida Galán Merino de Sevilla, después de que la árbitro principal decidiese suspender el encuentro que disputaban contra el Sevilla Este y que perdían por 2 a 3 goles.
La suspensión se debió a que el terreno de juego fue invadido por un número indeterminado de aficionados, que "se abalanzaron sobre el trío arbitral", motivo por el que éstos "procedieron a marcharse a los vestuarios con intención de protegerse de la actitud agresiva de los espectadores y jugadores del San Jerónimo".
La árbitro principal, una joven de 17 años, fue golpeada por dos mujeres, A.R.F., madre de un futbolista del San Jerónimo, y por L.R.L., titular del bar del estadio, que le causaron contractura del trapecio, con limitación de la movilidad, así como contusiones y un trastorno de ansiedad para los que precisó 40 días de curación.
Uno de los linieres fue agredido por F.J.A.N., un jugador que había sido expulsado y que, tras cambiarse de ropa, permaneció observando el partido, y por el espectador A.G.J., que le dio "un empujón fuerte con golpe en el cuello", según la sentencia.
La condena incluye el pago de una indemnización de 2.324 euros al linier por los 90 días que tardó en curar de sus heridas y de 1.531 euros a la árbitro principal, ha informado a Efe el abogado que ejerció la acusación, Javier Fernández Ruiz.
La Audiencia explica que la versión de los lesionados fue confirmada por el delegado del Colegio de árbitros y por una testigo que asistía como espectadora, y define como "incoherente" el argumento de que el linier fue quien golpeó con su banderín "a personas que se encontraban como meros espectadores en su camino".
Por el contrario, entienden los jueces que las lesiones que pudieron sufrir dos personas se produjeron porque el linier actuó "en legítima defensa de su integridad física cuando trataba de impedir ser agredido en el tumulto ocasionado, y usando el banderín a modo de escudo para apartar a los presuntos agresores".
Este árbitro, que estuvo defendido por Carmen García Díaz, no puede ser condenado por los golpes que "fortuita y accidentalmente hubiera dado a alguna de las personas que se encontraban junto a él", según la Audiencia.

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