Undiano: "Un Mundial no es comparable a nada"

Descansa en la playa con la familia después de un mes intenso en Sudáfrica y un paso rápido por los Sanfermines. Han sido tres años preparando la Copa del Mundo y, el último, cargado de partidos (Mundial sub"20, Mundial de Clubes, Fase clasificatoria del Mundial de Sudáfrica, Liga de Campeones y Liga española). Muchos días fuera de casa. Ahora mantiene la forma con un poco de carrera continua, porque en agosto debe superar las pruebas previas al inicio de Liga. Para septiembre ya tiene en la agenda un curso que organiza la UEFA.
¿Cómo ha sido su paso por el Mundial?
Una experiencia superpositiva. Me habían dicho que aprovechara todos los segundos, porque un Mundial pasa muy rápido. Hemos intentado disfrutar tanto en lo deportivo, como en lo personal. La experiencia de convivir con los compañeros es muy positiva.
Ha arbitrado tres partidos y ha llegado a octavos de final en su debut. ¿Qué balance hace?
Cuando uno da el 100% tiene que estar contento. Nosotros estamos contentos. Si antes de empezar nos hubieran dicho que pitábamos tres partidos nos hubiéramos dado por más que satisfechos. Han sido tres encuentros con características muy distintas, pero hay que saber amoldarse a cada circunstancia. Lo hemos dado todo y más no se nos puede pedir.
La FIFA le felicitó tras su debut en un complicado Alemania-Serbia.
Sí, bueno, debutamos en un partido con bastantes tarjetas y con decisiones importantes (Alemania-Serbia, 0-1). Después nos tocó un encuentro totalmente distinto (Corea del Norte-Costa de Marfil, 0-3), sin tarjetas, un tanto extraño, de características totalmente diferentes al primero, porque un equipo tenía que meter muchos goles para acceder a la siguiente fase. El tercero, Holanda-Eslovaquia (2-1), fue de octavos de final. Uno de los dos equipos se quedaba fuera. Eslovaquia llegaba después de dejar fuera a una selección tan importante como la italiana y con mucha moral. Holanda es una selección que después se plantó en la final. Fue muy competido. Los tres fueron completamente distintos y en cada uno hubo que trabajar de una manera diferente.
¿Se volvieron a casa porque España superó los cuartos?
(Se ríe) Éramos conscientes de que en un Mundial, el hecho de que la selección de tu país vaya avanzando de ronda va limitando mucho tus posibilidades, pero no se puede decir que si España hubiera caído eliminada, nosotros habríamos hecho más partidos, porque eso depende de muchas circunstancias. Pero está claro que tanto nosotros como el trío alemán, que teníamos a las selecciones clasificadas para semifinales, éramos conscientes que nos íbamos a casa, porque era prácticamente imposible hacer otra cosa. Era una circunstancia que sabíamos que estaba ahí. Al final, España ha quedado campeona del Mundo y nosotros estamos muy contentos, porque siempre podremos decir que estuvimos en el Mundial en el que España fue campeona. Ha sido una circunstancia más, que ha podido dificultar que pudiéramos seguir, pero tampoco el hecho de que no hubiera estado España nos asegura nada.
¿Fueron los que menos se alegraron del triunfo de España ante Paraguay en cuartos? Para ustedes significaba que tenían que hacer las maletas y volver a casa.
Bueno, era una sensación extraña. Por supuesto que quieres que gane tu selección y te alegras por ellos, por tu país, por los jugadores, por un paisano como Javi Martínez, y no pasa absolutamente nada por eso.
¿Se arbitra igual en un Mundial que en otra competición? A algunos les sorprendieron sus decisiones.
Un Mundial es distinto, y te das cuenta cuando llegas allí. Un Mundial es una fiesta del fútbol. Tuvimos la oportunidad de ir al partido inaugural y ves a una persona de Senegal con una bandera de Argentina, un australiano apoyando a un equipo de la otra punta del mundo... Todo el mundo se mezcla y no hay problemas entre las aficiones. Es una gran fiesta. Los partidos son de una intensidad tremenda, una velocidad increíble y había que estar metido desde el primer minuto. No tiene nada que ver con nada de lo que habíamos pitado hasta ahora.
Es un partido de fútbol. ¿Tan diferente es?
Sí, sí. Es muy distinto. Los árbitros que han estado en más mundiales quizás lo llevan de otra manera. La palabra es diferente. Nosotros llegábamos de la Liga Española, que es la mejor del mundo, habíamos arbitrado partidos de Champions, que son muy importantes, habíamos dirigido en cuatro ocasiones el clásico entre el Barcelona y el Real Madrid..., pero un partido de un Mundial no tiene nada que ver. Los propios jugadores también lo dicen.
¿Eso condiciona la forma de arbitrar?
Bueno, lo que hay que ser consciente es que cuando pitas un partido de la Liga o de Champions, los jugadores ya te conocen y puedes tener ciertas cosas ganadas. Pero en un Mundial es distinto. Y eso que hemos pitado a cuatro equipos europeos y eso es una ventaja. El otro partido, entre Costa de Marfil y Corea, era diferente, porque éramos desconocidos para ellos y quizás te lo tienes que currar más. Pero también es cierto que el fútbol es fútbol y sea del Mundial o sea de juveniles, es un partido de fútbol, pero sí que tiene ciertas connotaciones especiales. Los jugadores están defendiendo con orgullo a su selección, un Mundial lo sigue todo el mundo, no sólo los dos involucrados, sino incluso países sin selecciones en el Mundial.
El propio árbitro de la final dijo que había sido el partido más duro que le había tocado dirigir.
Se mezclan muchas cosas, lo deportivo y lo emocional. Supongo que arbitrar la final de un Mundial tiene mucha carga de responsabilidad y sí que leí sus declaraciones y comentaba que habían sido las dos horas más intensas y más complicadas, porque uno sabe lo que se juega y cualquier error puede dar la vuelta al mundo.
¿La diferencia de estar en un Mundial se mide también por la presión añadida que tienen que aguantar?
Sí. Arbitrar en sí es complicado y si a eso le unes la repercusión grandísima de cualquier decisión en un partido, y no quiero ni pensar en una final. Pero para eso hemos tenido un equipo increíble de instructores que han trabajado con nosotros tanto en lo técnico, en lo físico y lo psicológico y nos han ayudado a llevarlo todo mucho mejor.
Se hablaba de que esa preparación específica que tuvieron en Sudáfrica sería exportable de cara mejorar el arbitraje.
Desde luego. Hemos trabajado hacia lo que va a tender el arbitraje en los próximos años. En las competiciones nacionales es complicado, porque todavía el modelo no es profesional 100%, no vivimos juntos como lo hacemos en un Mundial. Allí estás un mes juntos, entrenas, trabajas y analizas las cosas de forma más tranquila y más profesional de lo que haces en tu país. Es el modelo al que el arbitraje tenderá en el futuro, a ser más profesional y a entrenar como los equipos, de forma conjunta, a convivir juntos y es muy positivo.
El propio Blatter indicó que éste iba a ser el último Mundial con este modelo de arbitraje de un árbitro, dos asistentes y un cuarto árbitro.
Ahora mismo está vivo el debate que ha existido siempre de las tecnologías. Nosotros tenemos las herramientas que nos facilitan y son nuestros ojos. Con eso llegamos hasta donde llegamos. Si en el futuro se piensa que al arbitraje hay que facilitarle de ciertas cosas, nosotros los árbitros no nos vamos a oponer a ello. Vamos a ver hacia dónde tiende. El arbitraje ha ido evolucionando y hoy en día tenemos unos intercomunicadores, el vip de las banderas... Poco a poco se van introduciendo cambios y tal vez en el futuro tengamos más. Si son cosas que van a facilitar nuestra labor y van a reducir el número de errores, ningún árbitro se va a oponer a ello.
¿Guardará la camiseta del Mundial?
Sí, sí. Además, curiosamente, todos los partidos, incluido el Ghana-Uruguay, en el que estuve de cuarto, he pitado de negro, un color que en la Liga española apenas utilizo. Prefiero otro tipo de colores, porque es más fácil identificar antes a tu asistente y tu asistente a ti. Pero esa camiseta me la guardaré para el recuerdo. El resto de las que nos han dado, las regalaré porque tengo algún compromiso por ahí.
¿Y qué ha traído como recuerdo?
Regalos, como las vuvuzelas para los críos, aunque me parece que van a desaparecer pronto (se ríe). También tengo el balón de mi debut, porque es algo bonito y para regalar a la familia.
¿Se ve en otro Mundial?
De aquí a cuatro años cualquiera sabe lo que pueda pasar. En principio, ahora sólo piensas en desconectar. Los tres años previos al Mundial han sido bastante intensos en cuanto a formación. El Mundial ha sido muy bonito, pero también duro, porque es complicado vivir con toda esa presión. Ahora mismo pensar en el próximo Mundial ni me lo planteo. Pero seguro que dentro de un año FIFA empezará a mover el próximo proyecto. Y por supuesto que me gustaría estar. Una vez que has probado lo que es el Mundial, algo grandioso y muy bonito, me gustaría repetir. Yo voy a trabajar para intentar estar ahí, pero soy consciente de que la gente cada vez va empujando más, el nivel es altísimo y puede estar otro compañero representando al arbitraje español.
Sorprendió ver el nivel de árbitros de países en los que el fútbol no tiene apenas tradición.
Sí, y todo el mundo se fija en Uzbekistan, que ha estado representado por Irmatov. Es un chaval joven, de 32 años y yo no voy a decir que ha sido la gran revelación, porque ya lo conocía de hace años. Coincidí con él en el Mundial sub"20 de Canadá y estuvo de cuarto árbitro conmigo en el final, y en el Mundial de clubes de Japón en el 2008 y pitó la final. A mí no me ha sorprendido porque ya lo conocía, pero para el mundo del fútbol ha sido la revelación, porque ha sido uno de los mejores árbitros del Mundial. Ha pitado cinco partidos, incluyendo el inaugural del Mundial, una semifinal, cuartos de final, pitando el Argentina-Alemania...Además, es un chico que es una maravilla la madurez que tiene a pesar de tener sólo 32 años. Pero si en el campo es un árbitro de diez, fuera es de doce. Es un chaval fantástico. Me alegro muchísimo por él. Además, demuestra que no hace falta arbitrar en una Liga muy fuere para demostrar que en grandes competiciones puedes hacer un papel muy bueno.
Número uno en el ranking de la Liga, mundialista... ¿Mantiene la motivación?
Tiene que haberla, y si no hay que buscarla, porque si con 36 años me creo que he conseguido todo, estás muerto. La gran ventaja de la Liga española es que es muy competitiva y eso nos permite arbitrar partidos de gran nivel y eso no nos permite relajarnos. Por eso, en agosto empiezo mi temporada número 11, y empiezo igual de motivado que la primera. Nunca he pensado en relajarme, sino que cada vez me motivan más los partidos. El día que uno piense que lo tiene todo hecho, es mejor que lo deje. De momento, la motivación la tengo alta, aunque hay que cambiar de chip porque el Mundial ya se ha acabado.
El desgaste psicológico es fuerte.
Ese puede ser el problema que se pueden encontrar los árbitros de cara al futuro. Cada vez es mayor la exigencia a todos los niveles y obviamente la presión cada vez es más fuerte, tanto por parte de los medios de comunicación, como de los clubes. Por eso, el árbitro debe tener una condición psicológica muy fuerte y saber superar los momentos malos. No cabe duda de que un árbitro joven que llegue a la elite muy joven debe estar muy bien preparado en este sentido, porque si no, puede acabar desgastado enseguida.
Noticia:http://www.noticiasdenavarra.com/

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