2020, un gran año para Wilmar Roldán


El árbitro FIFA colombiano Wilmar Roldán (Remedios, 1980) comenzó a arbitrar a la temprana edad de 12 años, en torneos locales y regionales. ​ En febrero de 2003 arbitró su primer partido oficial de fútbol profesional y obtuvo la insignia de la FIFA en enero de 2008 a la edad de 28 años. Además, es Licenciado en Educación Física; egresado de la Universidad Autónoma Latinoamericana (UNAULA).

Más allá de reconocer y aceptar las dificultades que gran parte del mundo tuvo que afrontar –y sigue haciéndolo- dada la situación de la pandemia del coronavirus, afirma que el año 2020 “fue uno de los mejores años de mi carrera”.

¿Por qué fue uno de sus mejores años?

Para nadie es un secreto que el deporte fue uno de los sectores más golpeados, en ese 2020 atípico. Hubo mucha incertidumbre con todos los eventos cancelados. A nivel local todavía no se han podido reanudar las actividades, por eso tengo mi escuela de arbitraje parada desde marzo. Fue algo nuevo para nosotros. Como pudimos ver nadie estaba preparado para afrontar esto. Sin embargo, gracias a Dios cuando todo volvió, yo terminé muy bien y pude demostrar todo mi profesionalismo en medio de esta mala situación.

¿Y cómo explica esto?

Yo todos los días me levantaba a entrenar con ese sueño. Los primeros meses de confinamiento fueron complicados, pero ya el ser humano se va adaptando, entonces no paré de entrenar. Estoy en la recta final de mi carrera y no quería que la pandemia me arrebatara un año. Viví cada partido con mucha ilusión. No me importó estar 15 días lejos de mi familia o hacer horas de viaje en carro. Todo eso lo disfruté y se notó en el terreno de juego, por eso el 2020 fue uno de mis mejores años a nivel profesional.

¿Cómo califica el arbitraje sudamericano en general?

Si uno ve las ligas del mundo, en todo lado se comenten errores. Si lo llevamos a nuestro contexto, el arbitraje siempre va a ser muy subjetivos porque hay pasión. Uno nunca va a querer que al equipo que ama le piten en contra. Pero tenemos árbitros jóvenes, hay un cambio generacional y están adquiriendo experiencia. Esto es como un futbolista, tienen que ir sumando partidos para cometer la menor cantidad de errores posibles y convertirse en un crack. No es lo mismo el Wilmar Roldán hace diez años que el de hoy.

¿Extraña al público en los estadios?

Totalmente. A mí me gusta un estadio lleno de gente. Ver ese folclore que todos sabemos y ver la pasión que su equipo despierta en la gente. Eso hace diferente a nuestro deporte.

¿Cuándo le gustaría retirarse?

Hasta que los dirigentes me quieran tener ahí y siga dando garantías. Me gustaría terminar bien mi carrera. El tema de la pandemia me sirvió como un polo a tierra. Disfrutar más el momento. Cada partido lo vivo como si fuera el último y la gente que me conoce me felicita porque se da cuenta de eso.

¿Qué decirles a quiénes quieren seguir sus pasos?

En mi corporación les digo a mis árbitros que estos tienen que tomarlo como un medio y no como un fin. Sin pandemia o con pandemia, muy pocos viven de esto porque aquí no tenemos un contrato, nos pagan por partidos. Entonces hasta que no se profesionalice, esa es nuestra realidad. Yo sé lo difícil que es porque me tocó aguantar hambre y en este tiempo me metí la mano en el bolsillo a ayudar a árbitros que no tenían para un mercado.

Fuente: GOL CARACOL


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