Jacinto Juan de Sosa Martín (Madrid, 1940), ex árbitro de los años 70
y 80, ha fallecido a los 80 años. Siempre se le recordará como un rebelde que
se enfrentó a la cúpula del arbitraje español. En contra de la política del que fuera
presidente del Comité de Árbitros, José Plaza, y fue de los pocos que se
atrevieron a cuestionar su mando. Además, ganó fama como colaborador de José
María García en el espacio “La otra Liga”.
De Sosa siempre tuvo claro que su pasión estaba ligada al silbato, como
colegiado desde los quince años. Formó parte de una generación de árbitros que
forjaron su carrera en una época en que apenas había separación entre las
gradas y el terreno de juego.
Su camino en la Primera División, ascendió en la temporada 1977-78, fue
largo y pedregoso, una carrera de fondo en cuya meta siempre aparecía un muro
infranqueable: José Plaza, que durante aquellos años fue santo y seña del
arbitraje en nuestro país. Fue el único que osó disputarle el puesto, fundando
la Asociación Nacional de Árbitros de Fútbol (ANAFE) en 1981, con la que
pretendía ofrecer una alternativa a la entidad dirigida por Plaza. Aquel año,
también se presentó a las elecciones a la presidencia del Comité de Árbitros,
unos comicios en los que fue derrotado, a pesar del respaldo de Pablo Porta
vigente presidente de la Federación Española de Fútbol, y al término de la
temporada fue “premiado” con el descenso a la Segunda división, a pesar.
Al año siguiente el Comité Superior de Disciplina Deportiva dictaminó
que esa decisión fue "injusta, nula e innecesaria" pero no volvió a
arbitrar en Primera, de la que se despidió con 37 partidos, dejando el
arbitraje.
Jacinto había sido apartado de su gran pasión, pero no estaba
dispuesto a rendirse sin luchar. En esta cruzada, encontró un socio inesperado,
un periodista con el que, durante sus años arbitrando, había tenido sus más y
sus menos, José María García el líder de la comunicación deportiva en aquel
entonces.
El espacio radiofónico “La otra Liga” sería el gran altavoz de un
árbitro que cada vez era más conocido entre la población y ya que gozaba de una
reputación intachable, cimentada en su integridad y su sentido del deber.
Jacinto de Sosa, encarnó a la perfección los valores de una profesión
que siempre está en el ojo del huracán. Uno de los pocos rebeldes que se
atrevieron a cuestionar los intereses que rodean las instituciones que
controlan el fútbol.
Descanse en paz.
Fuente: ELCIERRE DIGITAL
¿Qué opinas?