Rosalie Tempa Ndah ha logrado cambiar las normas
La ex colegiada
beninesa Rosalie Tempa Ndah François (Benin -1973) fue árbitra internacional
que actuó en numerosos torneos internacionales y tuvo que superar muchos
obstáculos para hacer realidad su sueño.
La
extraordinaria trayectoria de esta antigua árbitra internacional y peluquera de
formación no le debe nada a nadie, solo a sí misma.
“De niña
veía fútbol por televisión. El fútbol femenino prácticamente no existía en
Benín y en la escuela yo jugaba con los chicos. Era muy complicado y lo
abandoné muy pronto. Pero al crecer vi que había mujeres que arbitraban”.
Tempa
decidió volver a enfundarse las botas y hacerse un sitio en la cancha de su
barrio, entre los chicos.
“Estaba
mal visto por la gente, ni siquiera me apoyaba mi familia. Era muy complicado.
Al final, fue el entrenador quien me propuso arbitrar los partidos de
entrenamiento del equipo”.
“Como no
sabía nada de las reglas del juego, pitaba como podía y se notaba mucho. Era la
árbitra central, la única. No había asistentes”.
Hasta que
descubrió la existencia de una Comisión Central de Arbitraje, por lo que
decidió seguir sus cursos.
“Ahí fue
donde aprendí de verdad las reglas del juego. Al mismo tiempo que me formaba,
ponía en práctica lo que aprendía en el terreno de juego entrenándome con los
árbitros hombres, que estaban muy contentos de que los acompañase una mujer
valiente”.
Necesitó
valentía a lo largo de toda esa etapa de aprendizaje, para actuar en canchas en
mal estado, sin delimitar, en un entorno a veces francamente hostil.
“La gente
podía tirarte piedras, entrar en el terreno de juego para gritar, a veces dar
golpes”.
“Donde
llegué a adquirir de verdad confianza en mis capacidades fue entrenándome con
el Lions de l’Atacora, un equipo masculino de mi departamento. Físicamente,
plantaba cara a los hombres, y el entrenador me felicitaba”.
En 2003,
al cabo de ocho años de durísimo trabajo, alcanzó al fin la meta que se había
propuesto. Llamó la atención de los expertos de la CAF durante una
concentración y fue nombrada árbitra asistente de la FIFA.
“Fue una
alegría grandísima. Los periódicos hablaban de mí y eso hizo callar a los
escépticos. Mis padres se sintieron muy orgullosos de ver lo que había
conseguido”.
Sus
prestaciones fueron tan convincentes que la llamaron para el Torneo Olímpico de
Fútbol Femenino Atenas 2004.
“Fue
verdaderamente impresionante. Se trató de mi primer viaje largo en avión. Fue
un gran orgullo representar a mi país y a África ante el mundo entero. Aprendí
muchísimo estando en contacto con los integrantes de esta gran familia del
arbitraje internacional”.
En total,
actuó en seis Mundiales Femeninos (sub-20 y absolutos), tres Olimpiadas y seis
Copas Africanas de Naciones Femeninas.
“Lo dejé
en 2017 para reconvertirme en instructora técnica de árbitras. Seguía estando
en forma, pero tenía ganas de dejar sitio a las jóvenes, dar a otras la
oportunidad que yo tuve y consagrarme al desarrollo del arbitraje femenino y
africano”.
Actualmente,
compagina sus actividades futbolísticas con la dirección de un centro de
formación de peluquería, además de la asociación ACAL-DR, que organiza
proyecciones de películas al aire libre en zonas rurales para informar a la
población sobre las buenas prácticas en materia de desarrollo y sensibilizarla
sobre distintos temas, como la escolarización de las niñas, las violencias
contra las mujeres, las declaraciones de nacimiento, el maltrato infantil o el
acoso escolar.
Fuente:
FIFA
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