Larrionda, el árbitro de las cinco finales de Libertadores

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La Copa de Libertadores toca a su fin esta temporada este sábado bajo la dirección del árbitro uruguayo Andrés Cunha en el Monumental de Núñez entre River Plate y Boca. Pero, volviendo hacia atrás, el colegiado número 1 en arbitrar finales de Libertadores es el uruguayo, hoy instructor FIFA, Jorge Luis Larrionda Pietrafesa (Montevideo – 1968) que dirigió cinco finales entre los años 2003 y 2009.
Tras su carrera como árbitro a nivel nacional, le llegó la internacionalidad en 1998 y de esta forma su primer partido de Libertadores: “Son cosas que no te las olvidás más. Tenés una designación internacional. Vos llegás a tu primer partido de Libertadores y ni siquiera saben tu nombre, pero saben que sos uruguayo y hay toda una historia por detrás que le da cierta tranquilidad a los protagonistas. Hay un estándar que esperan del juez uruguayo por todo lo bueno que se hizo antes y que por suerte se sigue haciendo”
Recuerda su primer partido con emoción: “Los momentos, las emociones, el primer viaje para arbitrar internacionalmente, el primer formulario, los compañeros. Estar bajo la mirada de la Comisión de Árbitros de la Conmebol, la emoción de terminar el primer partido, el feedback que se fuera a generar con los veedores. Pensaba por dentro, ¿habrá sido bueno? ¿habrá sido malo? ¿habré estado a la altura de la situación? Un sinfín de cosas que se te pasan por la cabeza. Tu primer partido es “un cheque en blanco”, es una carta de crédito y a veces hay situaciones que no dependen de vos como árbitro. A veces te pasa algo que te puede llegar a arruinar hasta la carrera. Pero vas tomando conciencia de todo eso con el paso del tiempo y con el paso de los partidos que te van dando la experiencia para ver si estás o no a la altura de las circunstancias”.
Comenta la dificultad de la preparación de los partidos internacionales: “Antes había mucha menos información. Ahora hay un montón de posibilidades que te acercan estrategias, tácticas defensivas u ofensivas, qué cantidad de faltas hace cada equipo, en qué sector de la cancha las provoca, qué jugador protesta más, quiénes no aceptan las decisiones de los árbitros y varias más. Son cosas que antes eran imposibles de saber y los viejos instructores te decían que en los primeros 15’ le tomaras el pulso a los equipos y jugadores para darte cuenta qué iban a hacer en la cancha y ese era el momento de lucidez e inteligencia del árbitro para percibir un foco de problemas”.
El recuerdo de la primera final, en Morumbí, entre Santos y Boca Juniors: “Fue algo increíble. En 2003 estaba dirigiendo la Copa Confederaciones en Francia y era mi primer torneo a nivel FIFA. Con mis compañeros decíamos que la final de la Libertadores la iba a dirigir otro compañero de Conmebol, pero no. En la última semana tenía que arbitrar la semifinal de la Confederaciones y me llega la designación para estar en Santos-Boca. Algo totalmente inesperado. Pero fue una alegría, una emoción enorme y también un alto grado de responsabilidad que asumíamos”.
En esa época el arbitraje no era profesional y la convivencia con el mundo laboral era difícil: “Un dato no menor y sobre todo que pasaba mucho en esa época era que no éramos profesionales. Es algo al margen pero está bueno que se sepa porque aporta al enfoque ya que venía de un mes de licencia sin goce de sueldo y tuve que pedir una semana más, me cubrieron y en lo personal nunca tuve problemas con eso pero hay muchos otros árbitros que sí y en varias oportunidades un árbitro va a dirigir un partido importante bajo esa influencia del mundo exterior, está bajo presión. Te puede afectar o no pero son condimentos de la profesión”.
Las otras finales de Larrionda: La segunda fue en 2005 en Porto Alegre, entre el Atlético Paranaense y el Sao Pablo. La tercera fue un año después y nuevamente en Morumbí entre el Sao Pablo y el  Inter de Porto Alegre. En 2007 fue su cuarta: Boca y Gremio de Porto Alegre en La Bombonera. Y la última entre el Estudiantes y Cruzeiro en La Plata en 2009.
Fuente: Ovación


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