Hospitalizado un árbitro por agresión


Jorge Ponce es policía y a su vez despunta el vicio con su otra pasión, la de ser árbitro de fútbol, actividad que desempeñó en la Liga Tandilense y desde hace tres años, la desarrollaba en la Liga Agraria Zona La Boca (Argentina). El pasado domingo, como asistente de un partido de Primera división entre Jorge Newbery de Fulton y La Pastora, fue brutalmente atacado y terminó hospitalizado.
La violencia, que está enquistada en la sociedad desde hace mucho tiempo, ha tenido ramificaciones de todo tipo, incluso llegó al deporte, que es una recreación, un pasatiempo o ejercicio físico, actividad para disfrutar y mejorar la calidad de vida.
Resulta incomprensible que una persona termine hospitalizada por la furia de un grupo que la atacó porque estuvo en desacuerdo por algún fallo sancionado. El campeonato no conduce absolutamente a ningún lado, es decir, quien se corona campeón disfruta del logro sin ascender a otra categoría y quien termine último no sufre el descenso, simplemente porque nada de eso existe, ya que el objetivo principal es otro, no la competencia. Tampoco hay seguridad pública o privada, porque la idea del fútbol agrario era compartir en familia y con amigos.
A partir de este suceso, ahora se aguarda que las autoridades de la Liga analicen la situación y dispongan sanciones para los violentos que el pasado domingo atacaron salvajemente al árbitro, poniendo en riesgo su vida.
Tras pasar por el Hospital Ramón Santamarina y ser evaluado, Ponce fue derivado al Sanatorio Tandil, donde le han realizado una intervención quirúrgica en su cara.
Dolido, narró lo sucedido: ”estuve como asistente número uno del partido entre Jorge Newbery de Fulton y La Pastora. En un momento hay una jugada del lado del segundo asistente, y Oscar Novelli, que fue el árbitro principal, queda de espalda y en ese instante veo que el jugador número ‘2’ de La Pastora le pega una patada a un jugador de Fulton, que se cae”.
Ponce explicó que “levanté la bandera, se acerca Novelli y le explico lo que había pasado. Como la agresión se dio dentro del área, se cobró el correspondiente penal. Se me vinieron todos encima los del banco de La Pastora, me insultan y me amenazan de muerte. Me decían que no podía cobrar ese penal y les dije que el reglamento indica que los dos asistentes pueden marcar e informar cualquier cosa que pase dentro del campo de juego”.
Durante el segundo tiempo, las amenazas y los insultos continuaron, pero no les dio importancia.
Ponce señaló que “cuando estaba por terminar el partido, el jugador Begbeder, estando en juego la pelota, le aplica un codazo a un rival, por lo que marcó la falta y le avisó al árbitro que lo expulse por la agresión. Cuando sale, me insulta, lo sigue haciendo desde atrás del alambrado y me ofrece piñas, a lo que no le di importancia”.
La agresión vino al final. “Se produjo el final del juego y el DT Aberastegui y un grupo de jugadores se abalanzaron contra Novelli, mientras que otros se vinieron para el lado mío. Ahí fue cuando apareció el ayudante de campo Souto y me pegó una trompada en la boca del estómago que me hace inclinar un poco y posteriormente una patada en los testículos. Al caer, empecé a sentir otros golpes, no vi quienes me pegaban, solo atiné a cubrirme. Mis compañeros sí vieron como me agredían dos jugadores que están en el informe que tengo que presentar”.
Indicó que “quedé mareado, escuchaba voces a mi alrededor, pero no quería levantarme porque pensaba que me iban a pegar una patada de frente, entonces permanecí cubriéndome”. Añadió que “cuando me tranquilicé, me paré y salí caminando. Nadie me dijo nada, ni me volvieron a pegar”.
Detalló que “tengo una fractura en la costilla, fractura en un hueso de la cara y estoy esperando los resultados del estudio que me hicieron en los testículos, ya que tuve fuertes dolores. Según lo que me dijo el médico, me tienen que operar por la fractura en la cara”.
Ponce afirmó que este hecho de violencia fue el tercero que sufrió en su desempeño como árbitro, lo que lo obligó a tomar una decisión. Llorando, señaló que “no seguiré siendo árbitro, lo lamento mucho porque amo esta profesión, pero no se justifica poner en riesgo la salud y dejar a mi familia un domingo”.

Noticia e imagen: El eco

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