La árbitro hondureña Shirley Perelló vuelve a las canchas
La réferi perdió a su madre a causa de un infarto. Poco después nació su niña para mitigar el dolor.
La árbitro asistente Shirley Perelló ha vuelto a las canchas para ponerse en forma y levantar la banderola en próximas competencias nacionales e internacionales. Tras la muerte de su madre quien cayó fulminada por un infarto en pleno juego, había dicho a su familia que se retiraría del arbitraje, pero un sentimiento profundo motivado por el nacimiento de su hija después del deceso, la levantó de su decaimiento.
Las gradas vacías del estadio Olímpico de San Pedro Sula la vieron practicar el martes anterior junto a su colega Gissel Guerra, con miras a pasar la Prueba de Cooper que le permitirá volver a dirigir encuentros en primera división.
Detrás de las mallas del coliseo la observaban su padre, el ex árbitro Sergio Perelló y su hermano Michael Alexandri que ya anda volando como portero de la Selección Sub-15 de fútbol.
Ella nos había adelantado que bautizó a su hija con el nombre de su madre, Leticia, quien murió en diciembre del año anterior jugando en una cancha de fútbol rápido de Puerto Cortés, donde la familia se ha destacado por su apego al deporte.
San Pedro Sula, Honduras.
‘Trátela con consideración que todavía está muy sensible’ nos pidió el padre antes de la entrevista con la espigada muchacha quien hizo un espacio previo al entrenamiento, para hablar de su nueva etapa dentro del arbitraje.
La muchacha no pudo contener las lágrimas al recordar que estando embarazada, su madre le prometió llevar a su hija a los estadios cuando estuviera grandecita, para que la viera dirigir en Primera División.
Fue esa la razón por la que, reponiéndose de su dolor, decidiera enfocarse en los entrenamientos de cara a la prueba que le hará la Fifa. Pensó que a su mamá no le hubiera gustado que se retirara, así que ahora entrena duro para que la niña llegue a verla con el uniforme de árbitro como deseaba la abuela.
Desde cipota Shirley cambió sus muñecas por los balones. Recordó que junto a su familia tenía un equipo burocrático de fútbol donde jugaba su mami como defensa, su hermana Sharon como portera y ella como delantera. Su padre ha sido el entrenador.
El día que a su madre la traicionó el corazón, Shirley no jugó porque estaba embarazada, solamente observaba fuera de la cancha. Esa vez doña Leticia se disponía a atajar un balón suelto cuando se fue de bruces como empujada por una mano invisible.
Su hijo Kevin que también miraba el partido corrió a darle respiración boca a boca, pero fue en vano. Pocos minutos después la señora Perelló expiraba cuando era trasladada a una clínica de la ciudad.
Casada con el arbitraje
Como consecuencia de aquel impacto, a Shirley se le complicó el embarazo a tal grado que estuvo a punto de perder a su criatura que al fin nació en forma prematura. ‘Quiso venirse el mismo mes que se fue la abuela. Nació a los siete meses y medio mediante cesárea’, comentó don Sergio, orgulloso de ser abuelo.
La niña ha llegado para mitigar el dolor en la familia Perelló y a suplir el amor del hombre a quien la árbitro entregó su corazón confiadamente. “Me enamoré a los 24 años y me fue mal, pero allí está mi gorda que es mi princesa”, dice la réferi quien se define como una muchacha romántica.
“Lo más chistoso es que las que somos más románticas estamos solteras”, reza una frase que ella conserva en su Facebook.
Sin embargo, a la vez se declara casada con el arbitraje, mediante un gráfico simbólico que publica también en esa red social, en el que aparece la Fifa poniendo un anillo de boda en un dedo, pero en vez de una piedra preciosa la sortija tiene engarzado un silbato de árbitro.
Más que un “matrimonio” con su carrera, refleja la pasión que ya le dio la satisfacción de participar como árbitro asistente en los Juegos Olímpicos de Londres y haber sido mundialista en Azerbaiyán.
Ahora quedan otros sueños que hacer realidad, entre ellos: coronar su carrera como licenciada en Mercadotecnia y poder ver algún día a su hija luciendo el atuendo de árbitro que ella piensa heredarle.
Su padre le advirtió que le lloverían los insultos si se convertía en árbitro
El apoyo de sus padres fue determinante para que Shirley Perelló se haya convertido en la primera árbitro profesional de Honduras.
Ahora que no está su madre es su padre quien la acompaña hasta en los entrenamientos.
Sus comienzos fueron dirigiéndoles a niños de ligas federadas mosquitos, infantil y juvenil en Puerto Cortés donde nació un 17 de febrero de 1986. Debutó como asistente en Liga Nacional en la temporada de 2008-2009. Solo tenía seis años de experiencia y ya lucía el gafete internacional de FIFA.
Shirley recordó sonriente, el día que por primera vez saldría a la cancha a impartir justicia.
“Recuerdo que al principio estaba nerviosa el día que debuté en liga nacional en agosto del 2008 en el juego entre Real España y Real Juventud en el estadio Morazán”, expresó.
De igual manera aunque ahora sin la sonrisa carismática que la caracteriza, Shirley relató que el momento más difícil que ha pasado en la cancha “fue cuando alguien anotó un gol con la mano y nadie de la cuarteta de árbitros lo vio. Fue difícil poder reconocer que me equivoqué y poder superar todo lo que pasó después de eso, pero con el apoyo de mi familia y amigos pues no tuve problema y solo queda aprender de los errores y tratar de no cometerlos nuevamente”.
Su padre le advirtió, cuando ella le dijo que quería ser árbitro, que se exponía a que los aficionados le sacaran hasta a la madrecita.
Ella dice que hasta el momento eso no ha sucedido, aunque oye gritos en la cancha, pero no le molestan porque fue ella quien escogió esta carrera.
Noticia e imagen: http://www.laprensa.hn/
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