Los árbitros también se preparan

Siempre se les ve como los malos de la película, como los que, debido a un acierto o a un error, son los responsables de llevar a un equipo a la gloria o al fracaso, señalando un fuera de juego o cobrando un penalti dudoso. Son los árbitros. Pero alguien tiene que hacer ese trabajo "sucio" de poner las reglas y de aplicarlas y, no es tan fácil como parece. Sin ellos no habría fútbol, baloncesto ni prácticamente ningún deporte. Son imprescindibles.

Detrás de todo ello hay una preparación espartana y no sólo en el plano físico, donde tienen que estar a punto para llevar el mismo ritmo de un futbolista durante un partido, sino en el aspecto nutricional, cuidando al máximo el peso y la alimentación, en el aspecto técnico, renovándose y conociendo las nuevas directrices de los máximos organismos nacionales e internacionales, y por último, una preparación psicológica necesaria. ¿Alguien se puede hacer una idea de la presión que se ejerce sobre las tres personas que dirigen un Clásico Madrid-Barcelona o una final de un Mundial o partido que puede ser contemplado por millones de personas? Sencillamente increíble.

En Almería tenemos la gran suerte de poder contar con uno de los pocos elegidos entre los 20 colegiados que arbitran en la élite de nuestro fútbol: el árbitro internacional David Fernández Borbalán. Según nos cuenta, han sido muchos años de peregrinar por campos de las divisiones inferiores, de recorrer miles de kilómetros viajando para pitar, e incluso, dominar el inglés para poder hacer frente a los compromisos internacionales.

Las características del fútbol actual mucho más dinámico y exigente, así como un calendario de competición largo y frecuente, ponen a prueba en cada partido las habilidades y condición física de los árbitros. Como deportistas de alta competición, los árbitros de fútbol deben disponer de un control y atención médico-deportivo que les permita optimizar su rendimiento y minimizar riesgos y lesiones.

Para que puedan llevar a cabo correctamente su labor necesitan, en primer lugar, un estado óptimo de salud para poder realizar una preparación acorde con las exigencias de la competición. Además, se ha de prevenir que el ejercicio físico desencadene o agrave cualquier tipo de lesión o patología.

Cuatro veces al año, se realizan unas jornadas, llamadas físico-técnicas cuyo objetivo es poner a disposición del árbitro de fútbol todas las herramientas y medios posibles para que desde el punto de vista biológico afronten su labor con las mayores garantías posibles.

Este fin de semana se realiza en Madrid la primera de las 4 programadas para esta temporada. Las otras 3 se realizan en octubre, febrero y abril.

Las pruebas físicas obligan a mantener una férrea disciplina de entrenamiento, como cualquier deportista profesional, en la mayoría de las ocasiones guiado por un entrenador personal.

Las pruebas de este fin de semana se dividen en:

PRUEBA DE VELOCIDAD

Esta prueba consiste en realizar 6 series de 40 metros descansando 1 minuto y medio entre serie y serie. La marca mínima a realizar es de 6 segundos.

PRUEBA INTERVALICA

Esta prueba se realiza en la pista de atletismo, donde se corren 150 metros en 30 segundos y otros 30 segundos descansando. Todo esto seguido hasta completar 10 vueltas completas a la pista de atletismo, que tiene 400 metros.

PRUEBA DE CAMPO

Esta es la última prueba que se realiza, y que resulta la más dura. Se realiza utilizando como "escenario" un cuadrado que se forma con conos en el césped de la propia pista de atletismo. Cada lado del cuadrado tiene 40 metros y se inicia la prueba saliendo desde una de las esquinas corriendo de frente hacia la esquina opuesta, una vez se llega allí, se corre a lo largo de ese lado del cuadrado hacia la derecha, de la siguiente manera; 10 metros lateral mirando hacia fuera del cuadrado+10 metros lateral corriendo hacia dentro del cuadrado, y luego 20 metros corriendo haciendo "slalom" librando conos que se colocan hasta llegar a la esquina del cuadrado, donde allí se comienza corriendo de frente de nuevo (otra diagonal) buscando la esquina opuesta, y al llegar comenzamos la recta de nuevo corriéndola para atrás hasta llegar al origen de la prueba, por tanto esta última carrera es de otros 40 metros.

Esta prueba la debemos realizar en 53 segundos, y es exigente teniendo en cuenta que es la última y el ácido láctico ya anda bien alto después de las 2 pruebas anteriores.

Los días sucesivos, se emplean para poner en común las novedades y aspectos técnicos que también son importantes en el arbitraje: nuevas reglas, normativas o circulares, aspectos disciplinarios o lo que toque en ese momento.

Por todo lo dicho, el colectivo arbitral es susceptible de padecer lesiones como cualquier otro deportista profesional. Estas pueden ser agudas, es decir, en el momento del entrenamiento, del calentamiento prepartido o durante el mismo partido. La naturaleza de las mismas suelen ser lesiones musculares, ya sea la típica contractura o bien la rotura fibrilar. En ambos casos es complicado que el colegiado pueda continuar pitando al no poder correr. El dolor es incapacitante e impide incluso el caminar. Los gemelos y los isquiotibiales son los que se llevan la palma. El mecanismo de producción suele ser una arrancada brusca o un cambio de ritmo, y se suele notar como una pedrada o un pinchazo muy brusco.

El otro tipo de lesiones son las crónicas. En ellas, los tendones son los principales protagonistas. El rotuliano o el Aquiles son los más frecuentemente lesionados. El origen suele ser los numerosos ciclos de contracción-estiramiento que se realizan tanto durante los partidos como en los entrenamientos. El arbitraje de un partido supone realizar muy diferentes tipos de carrera, desde el esprint a velocidad máxima en un contraataque, a la carrera continua con ritmo constante durante el juego de posición normal. Eso supone sobrecargas repetidas que pueden afectar a la estructura y morfología del tendón, provocando la tendinitis.
Noticia e imagen:http://www.elalmeria.es/

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