Ingrid Jonsson, la primera mujer en arbitrar una final de la FIFA



Ingrid Jonsson (Suecia - 1962) fue la primera mujer en arbitrar una final de un torneo de la FIFA, hoy contribuye como instructora en la formación de la próxima generación
“Me encanta ver que se va mejorando en las diferentes facetas”
La Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™ se disputó con la participación de 27 árbitras y 47 asistentes procedentes de 42 países distintos. La presencia masculina entre el personal arbitral de la cita gala se limitó únicamente a parte del equipo de 15 asistentes de videoarbitraje. Estas cifras contrastan con las de la primera edición del certamen mundialista femenino, que se celebró en RP China en 1991 y contó con solo seis colegiadas. Una de aquellas pioneras fue Ingrid Jonsson, que cuatro años más tarde dirigió la final del Mundial femenino, que enfrentó a Noruega y Alemania.
“Aquel fue sin duda un momento especial, pero mis mejores recuerdos hay que buscarlos en la cita mundialista de 1991. Yo había empezado a arbitrar en 1983. En 1988 celebramos el primer seminario de la FIFA y ya entonces teníamos la esperanza de que algo comenzase a ocurrir también en cuanto a competiciones internacionales. En RP China 1991 se decidió de improviso que seis árbitras participasen en el certamen. Ese es mi recuerdo más imborrable, porque supuso mi primera participación en una competición internacional”
“En aquel momento tenía un hijo de un año y todo el mundo me decía que estaba loca por dejar a un niño de esa edad solo durante todo un mes. Fue una experiencia alucinante. Participé en la final de 1991 como asistente. Después del partido, con el estadio ya vacío, regresé al terreno de juego y me quedé parada en el medio del campo, pensando: '¿Por qué yo? ¿Qué he hecho para merecer esta suerte?'. Lo que sentí en aquel momento fue más grande que las sensaciones que viví con ocasión de la final de cuatro años más tarde”, explica.
Entre aquella edición inaugural del Mundial y la más reciente de Francia 2019 han transcurrido 28 años, durante los cuales no solo el fútbol femenino ha experimentado un gran crecimiento, sino que también las exigencias para las colegiadas se han incrementado considerablemente.
“Al comparar lo que se hacía casi 30 años atrás y lo que se hace actualmente se puede constatar que el ámbito del arbitraje se ha vuelto mucho más profesional. Al principio dependíamos casi exclusivamente de nosotras mismas, ya que el entrenamiento y la preparación teórica nos tocaba hacerlos prácticamente solas. Actualmente, las colegiadas reciben el apoyo que necesitan y disponen de muchas más posibilidades en materia de formación y preparación física”.
“Mejoramos continuamente, igual que las jugadoras, y estamos preparadas para seguirles el ritmo. Siempre hay margen de mejora, pero creo que, en este momento, el nivel es bueno”.
Actualmente, en cumplimiento con la responsabilidad que le corresponde como instructora FIFA, la ex árbitra de 60 años tiene entre sus prioridades transmitir sus conocimientos a la próxima generación y poner así su granito de arena en la formación de las nuevas colegiadas.
Fuente: FIFA

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