Joel Aguilar, la perseverancia en el trabajo lo lleva a su tercer mundial

Por tercera vez, de manera consecutiva, el arbitraje salvadoreño estará representado en la Copa del Mundo por el árbitro Joel Antonio Aguilar Chicas que estará presente en Rusia 2018, acompañado por el árbitro asistente Juan Francisco Zumba.

Joel Antonio Aguilar Chicas (42 años), icono del arbitraje salvadoreño, inició su actividad arbitral a los 21 años gracias a una invitación de una persona que estaba involucrada en el mundo arbitral salvadoreño. Al principio, la idea no le gustaba: “en esa época empezaba a jugar fútbol y salía prácticamente expulsado, peleaba mucho con los árbitros”.

Fue en el año 1994 cuando entró en el proceso de profesionalización hasta llegar, en 1996, a la Liga Mayor de fútbol de El Salvador. Su trabajo perseverante le llevó en el 2015 a ser reconocido cómo Mejor Arbitro de la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF).

Este nuevo nombramiento mundialista lo considera muy especial: “Este reconocimiento es muy especial porque nosotros no vivimos del arbitraje en El Salvador, las condiciones en las que entrenamos son las mínimas, y cuando te ponen a competir con árbitros en donde prácticamente hemos estado en los mismos torneos, pero ellos tiene otras condiciones de vida, de fútbol, de estructura, te hace sentir como salvadoreño doblemente orgulloso”.

Joel tiene experiencia en este tipo de eventos ya que, en realidad, es su octavo Mundial desde que es árbitro internacional FIFA (2001), púes además de los WC 2010 y WC 2014, estuvo en los Mundiales de Clubes del 2011 y 2015 y en tres Mundiales de categorías inferiores.

Aunque es consciente de que trabaja en inferioridad de condiciones estructurales y económicas que otros colegiados mundialistas, no se considera peor preparado: “Yo sé que tengo la misma capacidad que los mejores árbitros del mundo, he tenido la oportunidad de estar con ellos y de igual forma si Dios me ha permitido estar allí no tengo que verlos para arriba ni para abajo, dos manos tienen ellos, dos manos tengo yo, se equivocan ellos, me equivoco yo”.