El árbitro "millonario" piensa en la retirada

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Jonas Eriksson, de 44 años, nacido en Luleå  (Suecia), ha sido durante mucho tiempo icono del arbitraje sueco. Recibió la escarapela FIFA en el 2002 y desde entonces ha estado presente en múltiples torneos internacionales organizados tanto por la UEFA como la FIFA.
En sus comienzos compatibilizaba el arbitraje trabajando en IEC in Sports, empresa dedicada a comercializar los derechos deportivos con oficinas en Europa, Oriente Medio, Asia y Oceanía. En 2005, decidió invertir hasta comprar el 15% del accionado de dicha empresa y tres años más tarde recibió más de 10 millones de euros al ser vendida la empresa.
Al no ser incluido en la lista para el Mundial Rusia 2018 piensa que comienza, tras 18 temporadas arbitrando en la Allsvenskan (liga sueca),  el final de su carrera arbitral: “Sí, por supuesto que sí. Pero me quedaré mientras me divierta divertido y el cuerpo aguante. Me gusta arbitrar.”
Su no inclusión para el mundial lo achaca que otros países tienen mayor fuerza institucional y a su edad: “Se trata de tradiciones y que algunos países son importantes para estar representados. Suecia no pertenece a esos países. También me han dicho que es una cuestión de edad.”
Aunque no disimula su decepción, sobre todo con la FIFA: “Decepcionado, enojado, triste, frustrado, irritado.  No tuvimos noticias de FIFA, me enteré por la prensa. Ese respeto debería ser posible después de tantos años en la carrera.”
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