Editorial MJ: Te lo mereces, Alejandro J. Hernández Hernández

El Comité Técnico de Árbitros ha nombrado a Alejandro José Hernández Hernández, del Comité de Las Palmas, mejor colegiado de la Liga Santander por la temporada 2016/17.

Como todos los premios, habrá gente que esté de acuerdo y otros que no. Pero si el CTA le ha otorgado esta distinción será porque a lo largo de esta temporada, en su evaluación global, se lo ha merecido.

Lo que no me parece ético es como en algunos medios de comunicación y en las redes sociales quieren degradarlo porque en un partido cometió un grave error, que él lo ha admitido. ¿Entonces cuantos balones de oro hay que quitarle a Messi o a Ronaldo por fallar algún que otro penalti?

Perdonamos y olvidamos todos los errores de los jugadores de nuestros equipos pero no los de los árbitros o, lo mejor, queremos echarle la culpa a un árbitro de un partido la no consecución de una liga que se juega a 38 jornadas.

El mundo del arbitraje está formado por hombres y mujeres, que como todo ser humano tienen algunos errores en su trabajo como lo tenemos y hemos cometido todos en nuestras labores. Pero estos hombres y mujeres, además de ser evaluados por cientos o miles de espectadores de una grada, también están siendo evaluados por unas cámaras de TV o vídeo para que las jugadas polémicas sean debatidas, en platós de televisiones, durante horas y que en la mayoría de las veces los contertulios no se ponen de acuerdo (siempre miran el color de su camiseta). Cuando el árbitro/a tiene que tomar la decisión de esa jugada en milésimas de segundo.

Somos muy rápidos a criticar los errores que nos perjudican pero callamos los que nos benefician, “no hay que escupir para arriba” dice un refrán.

No señores, una liga no se gana o se pierde por una decisión arbitral, se gana o se pierde en 38 partidos de 90 minutos cada uno. Los motivos de ganar o perder una competición, si lo evaluamos bien con objetividad, se debe a otras cosas pero no por un árbitro/a.

Es muy fácil ir con careta, quitársela de una vez y dejar a los árbitros en paz y a Hernández Hernández disfrutar de su premio, porque si se lo ha concedido su comité es que se lo merece.