Evite los calambres


Uno de los males más comunes entre los árbitros sin importar la categoría son los calambres, si esas contracciones involuntarias de los músculos, no muy graves pero sí bastante dolorosas, que suelen ocurrir después dirigir un partido o por las noches sin que se estén esperando, incluso en los mismos partidos. Todo silbato sin excepción  ha sufrido un calambre muscular después de un esfuerzo prolongado en un encuentro deportivo, sus causas aún no están claras, pero lo que sí es claro es que podemos prevenirlos con unos sencillos hábitos.

¿Por qué sufrimos? 
El origen de los calambres musculares es un tema desconocido, ya que aún no se ha encontrado una evidencia científica que asegure al 100% por qué se producen. Existen varias teorías sobre la aparición de estas contracciones repentinas de los músculos, pero aún no se ha llegado a un consenso. Las causas de los calambres musculares, según uno de los últimos estudios publicados en el British Journal of Sports Medicine, son la deshidratación, la falta de electrolitos (asociada a la deshidratación) y la alteración del control neuromuscular.
Pérdida y deshidratación
Tradicionalmente siempre se ha hablado de la deshidratación como la causa mayor de los calambres musculares asociados al ejercicio. Tras una exigencia intensa, a causa de un partido, el cuerpo no es capaz de absorber la cantidad de oxígeno necesario para proceder a la oxidación de la glucosa, por lo que se produce una acumulación excesiva de ácido láctico que da lugar al calambre muscular. La eliminación de magnesio y  potasio, a través de la sudoración también podría producir calambres, ya que estos participan en los movimientos de contracción y relajación de los músculos.
Control neuromuscular
La teoría más novedosa es la de la disfunción del control motoneuronal, esto tiene que ver con una falta de comunicación entre el cerebro y los mecanismos de propiocepción de nuestro cuerpo, como el órgano tendinoso de Golgi. Si se inhibe la relación entre ambos, el músculo no recibe la señal de “dolor” y sigue contrayéndose aún después de que le hayamos ordenado detenerse, produciéndose el calambre asociado al ejercicio físico. No existe un acuerdo en la comunidad científica ni estudios que nos puedan asegurar totalmente el origen de los calambres musculares hasta el día de hoy. Pero ya conocemos algunas causas.
Para prevenirlos
Como prevenir es más fácil que curar, lo mejor que podemos hacer es tomar medidas para no sufrirlos, sea cual sea su causa. El primer consejo sería mantenernos correctamente hidratados tanto antes como durante y después los partidos. Más allá del tema de los calambres, una correcta hidratación es vital a la hora de mejorar nuestro rendimiento y entrenar de forma segura. También podríamos solucionarlo ingiriendo alimentos ricos en calcio, potasio, magnesio y sodio, como verduras, y frutos secos. Pero el  mejor remedio es estirar de forma efectiva  antes, durante y después de los partidos los estiramientos nos ayudarán a mejorar la comunicación entre el cerebro y los receptores sensoriales propioceptivos, haciéndolos trabajar de forma más eficiente en futuros partidos.
Artículo escrito por Antonio Pulido

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