La mujer y su 'épica' batalla por un lugar en el arbitraje

Han sido muchas las mujeres que han intentado entrar en el mundo del arbitraje colombiano y Martha Liliana Toro fue la encargada de abrir y liderar el camino en el fútbol profesional de hombres de nuestro país.
En Colombia, el fútbol es el deporte popular, el de la mayoría, por el que millones de corazones vibran, se ilusionan y por el  que otros tantos viven y sienten. Sin embargo, ha sido por tradición, como en el mundo entero, un medio masculino, por lo que la presencia de una mujer es notoria y más si es la encargada de impartir justicia en condición de árbitro.
Por ello, Martha Liliana Toro, oriunda de La Dorada (Caldas),  fue observada de una forma extraña el 18 de abril de 1998, cuando pisó la cancha del estadio Olaya Herrera, de Bogotá, para dirigir por primera vez en Colombia un partido profesional, en el torneo de la primera  B, entre El Cóndor, equipo local, y Cooperamos Tolima, que terminó 0-0 en el tiempo reglamentario. En los cobros desde el punto penalti, ganó 4-2 el visitante.
Toro recibió el apoyo de la Comisión Arbitral para dirigir en la primera B durante ese año y así comenzó a labrar su camino en el arbitraje colombiano. Además, recibió la escarapela Fifa como juez internacional, que en 1999 no sólo le permitió dirigir tres juegos en el Campeonato Suramericano de Fútbol Femenino de Mayores, en Mar del Plata (Argentina), sino además la final del campeonato entre Argentina y Brasil, que ganó el equipo auriverde.
Pero la gran historia de Martha Liliana Toro en el arbitraje tuvo su momento épico el 8 de agosto de 1999, al convertirse en la primera mujer de Suramérica en dirigir un encuentro de fútbol de primera división de hombres: Bucaramanga 2-Quindío 2.
“Cuando arrancaba el juego sentía miedo, después tomaba tanta confianza, que ni siquiera escuchaba el 'corito celestial' (así se les dice a los insultos de los hinchas desde las tribunas), contó en una ocasión Toro.
De esta manera, se empezó a gestar la ‘épica’ batalla de las mujeres colombianas en el arbitraje del país y en el ámbito internacional. Se abrió la posibilidad de la presencia de una dama en una terna arbitral y aunque las exigencias siguen siendo cumplir con las mismas pruebas físicas que realizan los hombres, las que están actualmente han alcanzado el nivel masculino.

Las de la nueva era han recibido los frutos

En la actualidad, existe en Colombia un grupo de cinco mujeres avaladas para impartir justicia en las canchas. Hay dos centrales: Yeimy Lucero Martínez y Viviana Muñoz, así como tres asistentes: Luz Mila González, Lucía Hurtatiz y Luz Amalia Ruiz. Todas ellas con escarapela Fifa.
Cuando una mujer decide ser árbitro de fútbol, debe iniciar su carrera en el Colegio de Árbitros. Se inician como juez central y luego deben decidir si quieren continuar así, o como asistente de línea. La elección está sujeta al puntaje que les otorgue  el instructor. Para ascender a la primera división del fútbol colombiano masculino, deben haber dirigido en la categoría de aficionado, en la Primera C y cumplir con las pruebas físicas, conocidas como pruebas de hombre.

Luz Mila González, asistente en la primera división

En Colombia, los pasos de Martha Liliana Toro fueron secundados por Luz Mila González, quien llegó a la primera división del fútbol local como asistente de línea, el 8 de febrero de 2009 en el partido entre Deportes Quindío y Deportes Tolima, que finalizó 1-1. Hasta el momento, Luz Mila ha participado en 64 juegos.
“En la Primera división, mi primer partido fue Quindío-Tolima. El juez central fue Wilson Lamorux, del Meta, y el asistente 1 fue Wílmar Navarro, de Santander. Ese día sentí muchos nervios, tuve mucha ansiedad por ser el debut, pero además porque entré condicionada a actuar. La cuestión era que si me equivocaba expulsaban a todas las mujeres árbitro de la rama masculina. Ese fue un reto gigante, porque era abrir el camino o cerrar las puertas como en años anteriores. Fueron cuatro años sin que las mujeres arbitraran en primera división’, le contó Luz Mila a TERRA.COM.CO.
Luz Mila González nació el 22 de julio de 1978 en Charalá (Santander), mide 1,63 metros y pesa 57 kg. Inició su carrera como árbitro en el 2002, debutó a los seis meses en la categoría Sub-20.
‘Decidí entrar al arbitraje porque es una carrera muy bonita, era un campo que las mujeres aún no habían explorado y en el que tenemos mucho por dar y por demostrar. Además, porque el arbitraje es una carrera que ayuda a formar tu personalidad, tu carácter, te enseña a ser responsable, a tener disciplina, y por ende me pareció bonita, agradable y por eso opte por esa opción’, afirmó.
La santandereana ha asistido a tres torneos internacionales. En el 2009 estuvo en la Copa Libertadores femenina, primera versión que se llevo a cabo en Brasil. Allí hizo tres asistencias. En el 2010 participó en la Copa América Femenina, en la que Colombia clasificó al Mundial de Alemania de mayores, a los juegos Panamericanos y a los Olímpicos. Allí hizo cuatro asistencias. En el 2011 estuvo en el torneo de Esperanzas de Toulón, en Francia, en el que hizo dos asistencias.
‘Las mujeres estamos marcando un hito grandísimo en el arbitraje, abriendo puertas, haciendo lo que ninguna otra mujer en el mundo ha hecho. En mi caso, estar en finales de primera división del fútbol profesional masculino. Fui la primera en el mundo que lo consiguió. Estar en un torneo internacional masculino (Esperanzas de Toulón). El medio es muy difícil por las condiciones que exige el arbitraje, pero está en cada una lograr y ganarse un puesto en las designaciones’, señaló.
Luz Mila vivió su momento cumbre el 18 de junio de 2011, en la primera división del  fútbol colombiano, al hacer parte de la terna arbitral en la final de la Liga Postobón I-2011, entre Atlético Nacional y Equidad, juego que quedó 3-3 en el marcador global y se definió desde el punto penalti 3-2 a favor del conjunto antioqueño, en el estadio Atanasio Girardot de Medellín.
“Todos los partidos han sido significativos, todos me han exigido demasiado, todos debo asumirlos con la misma responsabilidad. Pero, sin duda, la final entre Nacional y Equidad me marcó. Ver el estadio sin vallas y totalmente lleno no pasa desapercibido”, manifestó Luz Mila.

Jeimy Lucero Martínez, juez central de la primera B

Ser juez central no es tarea fácil y más cuando se requiere de gran velocidad para estar en todas y cada una de las jugadas de un partido de fútbol. Para una mujer la exigencia es máxima y más en un torneo masculino, en el que los hombres suelen ser más rápidos.
Jeimy Lucero Martínez nació en Popayán, Cauca, el 19 de junio de 1981. Inició su carrera como árbitro profesional hace siete años en su ciudad natal. Lleva seis meses en la segunda división del fútbol colombiano como juez central. Debutó el 28 de enero de 2011 en el partido entre Deportivo Pasto y Depor Aguablanca, que terminó 4-0 a favor de los nariñenses. Además, ha dirigido compromisos de la Copa Postobón (reúne equipos de la A y la B) y ha impartido justicia en tres torneos internacionales.
‘Estuve en el Suramericano Sub-17 en Brasil. En esa ocasión me atacó el nerviosismo porque me tocó dirigir en la primera fecha, el primer encuentro. Ya para la siguiente jornada me sentí mucho mejor y las cosas me salieron muy bien. La segunda competencia internacional en la que participé, también fue en Brasil, en la Copa Libertadores femenina. Luego estuve en el Suramericano femenino que se disputó en Bucaramanga”, contó Martínez.
La caucana confiesa cuál ha sido su reto más difícil: “Quiero ganarme un lugar el arbitraje colombiano, pues existe mucha competencia, en especial como juez central, porque existen demasiados hombres que están a la espera de un ascenso. En las pruebas físicas me  toca parejo y gracias a Dios puedo ser hasta mejor que un varón, pues tengo grandes capacidades y por eso tienen confianza en mí’.

Lucía Hurtatiz, asistente de Línea en la Primera B

Lucia Hurtatiz nació en Suaza, Huila, el 22 de octubre de 1980. Se radicó en el Valle del Cauca hace 12 años y pertenece a la escuela de árbitros de este departamento. Fue atleta profesional de su tierra natal y por casualidad terminó en el arbitraje.
“Realmente, inicié mi carrera arbitral por casualidad, desde un principio fui atleta y representé al departamento del Huila en este deporte. Luego me fui a vivir al Valle Del Cauca y entrenaba con un profesor que en ese tiempo preparaba a los árbitros de Cali y por medio de él fue que me vinculé con el Colegio de Árbitros. Mi estado físico me ayudaba, entonces comencé el curso y me fui muy bien, tanto que me quedé’, dijo entre risas Hurtatiz.
La asistente arbitral oriunda del Huila, pero representante del Valle del Cauca, debutó en la segunda división del fútbol colombiano masculino, en el 2009 en el partido entre Cortuluá y Unión Magdalena. Ha sido asistente en 40 partidos de la primera B y de esta manera obtuvo la escarapela Fifa. Además, en este último año la Comisión Arbitral, tal como ella lo relata, la ha ido proyectando hacía la Primera A: “Me han dado la oportunidad de estar en los juegos de la Copa Postobón, el semestre anterior estuve en 15 partidos de ese torneo y hasta los octavos de final, en el compromiso entre Atlético Huila y Atlético Nacional, en el que los antioqueños vencieron 3-2 a los huilenses.
Lucía Hurtatiz ha participado en dos torneos internacionales femeninos: en el Suramericano Sub-17 de Brasil y en la Copa Libertadores femenina en el mismo país. Actualmente se proyecta como una de las próximas acompañantes en la primera división de Luz Mila González.

El reto más difícil de ser mujer árbitro

“Para las mujeres es muy difícil y tenemos desventaja con respecto a los hombres, porque cumplimos con roles de amas de casa como cuidar hijos, supervisar tareas, ser empresarias y además debemos dedicar tiempo para la preparación física, buscar un entrenador y ser constantes en el deporte.  El arbitraje no está profesionalizado y por eso debemos tener una carrera alterna y eso hace que no le dediquemos el tiempo suficiente que quisiéramos para prepararnos y estar al nivel físico de los hombres’ manifestó Luz Mila González.
La santandereana es estudiante de Licenciatura en Educación física, técnica deportiva, trabaja como independiente dando clases particulares.  “Es difícil, por los viajes y por lo que encierra el arbitraje, tener una vinculación directa con una empresa. Definitivamente para ser árbitro debes ser empresaria, trabajar independiente, tener tu propio negocio, porque difícilmente en una empresa te van a colaborar con los tiempos. En primera división me gano 550.000 pesos por partido” contó Luz Mila.
“Es  un contraste fuerte el ser enfermera y árbitro, porque como profesional en la medicina se debe ser delicado, mientras en la cancha se debe mostrar carácter fuerte, coraje desde que se pisa la cancha y no se puede mostrar ningún tipo de debilidad”, dijo Jeimy Lucero Martínez.
Definitivamente, el reto más difícil para las mujeres árbitro de Colombia es ganarse un lugar y un espacio en los torneos de primera y segunda división masculina del fútbol colombiano. Competir con los hombres tanto en la parte física, como teórica y alternar el arbitraje con otra carrera profesional. Sin embargo, las que lo han conseguido, han dejado en alto el papel de la mujer y, sobre todo, la puerta abierta para las que vienen en Noticia e imagen:http://deportes.terra.com.co/

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