El niño árbitro


La autoridad no se mide por los años, tampoco por la estatura de quien la imparte. Un enamorado del arbitraje da sus primeros pasos en el fútbol, por eso Alberto Mario Martínez Villa hace sonar su silbato, saca amarillas y rojas en medio del Festival de Clubes que se disputa en Valledupar (Colombia).
Hace cuatro meses ingresó al Colegio de Árbitros del Cesar en donde recibe el respaldo de los llamados ‘jueces veteranos’. Desde entonces su corta carrera se mueve detrás de una ilusión motivada por llegar a ser un ‘hombre de negro’ con etiqueta FIFA.
A sus 12 años comienza a conocer los secretos de este oficio, en el que hay que tener una “mamá de caucho” a la hora de ingresar al campo de juego a impartir justicia y hacer cumplir las 17 reglas del balompié.
“Cuando tenía diez años le dije a mi mamá que quería ser árbitro, me gusta este oficio más no jugar, nunca me ha gustado jugar fútbol, prefiero ser árbitro y llegar a pitar en un campeonato mundial”, dijo el pequeño Alberto Mario, estudiante de quinto grado del colegio Hogar del Niño de Valledupar.
 “Cuando voy a dirigir siempre trato de ir bien presentado, eso hace parte de la credibilidad que pueda tener un árbitro; un día antes debo tener los guayos embolados y el uniforme limpio, eso también influye en la preparación de un partido”, finalizó el ‘hombre de negro’.
Noticia e imagen: El Pilón

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