El futuro también es para ellas


El fútbol es un deporte universal en todos los sentidos y en lo que respecta a la mujer su participación, ya era hora,  es cada vez mayor en todos los aspectos: directivas, entrenadoras, jugadoras… y como árbitras.
Un ejemplo está en el fútbol riojano donde la temporada pasada ha tenido cinco jóvenes deportistas y árbitras ejerciendo su labor por todos los campos riojanos. Queremos dar aliento y ánimo a todas  las mujeres que están involucradas de cualquier forma en el mundo del fútbol y en particular a las árbitras. Por todo, publicamos un extracto del reportaje editado recientemente en el “Diario La Rioja” sobre estas cinco colegiadas como ejemplo y motivación:
"Eider Franco, Alba Covaleda, Jara Toledano, Izaskun Muñoz y Laura Bezares entraron con fuerza, terminando de romper una barrera que hace años derribó Mayte Porro, y actualmente son algunas de las más brillantes promesas del arbitraje riojano.  Jara Toledano, por ejemplo, recibió la mejor puntuación de todos los colegiados de Regional Preferente y a sus 16 años está a punto de dar el salto a Tercera División.
Todas recuerdan con cariño y entre risas su primer partido arbitrando. «Fue en Rentería y estaba nerviosísima. Salió un poco desastre pero los siguientes días ya fueron mejor», comenta Eider Franco, que resume esa sensación de nervios en la que coinciden todas, como también detalla Alba Covaleda: «En las tarjetas que tenemos para apuntar no sabía que se usaba una cara para cada equipo y ponía las iniciales de sus nombres para distinguirlos. Además, terminaron en el partido atacando en la banda que estaba de linier y estaba deseando que terminase». Laura Bezares cuenta también una anécdota de su estreno: «Ni me quité los pendientes, se me olvidó darle al cronómetro y no sabía ni dónde ponerme».
El arbitraje suele ser una de esas vocaciones incomprendidas y a muchos cuesta entender los motivos por los cuales alguien decide dedicarse a ello. La familia es uno de los apoyos fundamentales y las cinco árbitras coinciden en recibir de los suyos la máxima comprensión, aunque los comienzos son complicados.
Los insultos y amenazas a los colegiados son un mal tristemente normalizado en los campos de fútbol de cualquier categoría y que ellas también sufrieron desde el primer día. «Cuando salgo a arbitrar estoy atenta al juego, metida en el partido e ignoro lo que me digan. Sé que me van a insultar», comenta Laura Bezares. Por su parte, Izaskun Muñoz recuerda una desagradable situación en su segundo partido: «En un infantil, dos madres vinieron al vestuario a pegar golpes en la puerta y llamarme sinvergüenza».
Durante toda su experiencia, sin embargo, los momentos positivos son mayoría, reforzando aquella decisión que tomaron al entrar en el mundo del arbitraje y recordando sus mejores momentos. «El partido que elegiría entre todos es el día que debuté con Alba en Primera Femenina, un Real Sociedad-Betis. Fue diferente porque pasamos la noche fuera, fuimos a ver dónde íbamos a arbitrar, los nervios eran por mil, la televisión retransmitiendo... Además hicimos un buen partido», recuerda Laura Bezares.
“Los árbitros somos como una familia», explica Jara Toledano. En términos similares hablan Alba Covaleda, «conoces a mucha gente y somos como un equipo», e Izaskun Muñoz: «Nos intentamos ayudar siempre en todo, preguntando dudas o comentando como nos ha ido un partido en cuanto acabamos. El arbitraje es un mundo muy bonito y que merece la pena».
Son cinco entre 145 colegiados riojanos. Una pequeña pero significativa proporción para abrir un camino sin retorno. 
Reportaje completo: La Rioja




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