La otra cara del fútbol base: la violencia

Dos de los partidos amistosos que se disputaron este fin de semana en Salamanca se vieron salpicados por sendas peleas entre aficionados que en un caso hizo necesaria la presencia de la Guardia Civil, y en el otro desembocaron en la suspensión del encuentro.
Los primeros incidentes se registraron durante la final del I Torneo Ciudad de Salamanca que se disputó en las Pistas del Helmántico. Jugaban la final del torneo Atlético de Madrid y Getafe. En la grada, padres y madres del Santa Marta prestaron su apoyo a los colchoneros, algo que no sentó bien a alguna de las seguidoras del Getafe, que habían eliminado a los tormesinos en una semifinal en la que se inició el ´pique´. El malestar por los gritos de apoyo dio paso a un cruce de palabras entre aficionados, de ahí se pasó al contacto físico, alguna patada y cuando se sumaron a la reyerta hijos de los implicados, los propios espectadores llamaron a la Guardia Civil para evitar que la bronca pasara a mayores. Se personaron y resolvieron la pelea sin denuncias ni atestado.
En la mañana del domingo se disputó en los Campos de la Federación otro amistoso entre los cadetes del Cristo Rey y el San Pío. Casi al término del encuentro una dura entrada de un jugador salmantino dio pie a un encontronazo: el delegado del San Pío saltó al terreno de juego para reprender la acción y abrió la veda para una invasión de campo con miembros de ambos clubes y algunos aficionados que se intercambiaron puñetazos, siendo el delegado del Cristo Rey, Abel Medina, uno de los peores parados al llevarse un golpe en la cara.
Los árbitros se retiraron al vestuario y decidieron suspender el partido, según confirmaba el presidente del Colegio de Árbitros de Salamanca, Javier Gómez García.

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