Empecé a pitar por amor al deporte y para ayudarme a pagarme los estudios

Alejandro Martínez Flores fue elegido la temporada pasada el mejor árbitro de fútbol sala de Primera División

Es comercial de una empresa familiar y se encarga de la capacitación y formación de jóvenes murcianos que también disfrutan siendo colegiados. Un hombre sincero y muy humano
¿Y por eso se enganchó?
Hombre, yo había acabado del instituto, era y soy un amate del deporte e iba a empezar la Universidad, por lo que era una tremenda ayuda a mi familia para pagarme los estudios. Entonces hice un curso de árbitro, empecé y me gustó. Y encima la mayoría de palabras que me daban los padres al final de los partidos eran de agradecimiento.
¿No me diga que le han dicho muchas veces ´enhorabuena, árbitro´?
Puede ser un poco pedante por mi parte decir que sí, pero cuando pitas con creencia, confianza y credibilidad, la gente no solo se cree lo que has pitado, sino que piensa que tienes personalidad.
¿Pero había jugado al fútbol sala?
Había jugado más al fútbol. También había hecho baloncesto, ciclismo y tenis. Lo que pasa es que el compañero de mi hermano que vino a casa iba vestido de árbitro de fútbol sala, pero si hubiera venido de árbitro de waterpolo, a lo mejor termino en una piscina. Empecé por un objetivo económico, pero lo compaginaba con los estudios estupendamente y era idóneo para mí.
Ha sido elegido el mejor árbitro de Primera. ¿Cómo lo ha hecho?
Eso dicen. Llevo ocho años en Primera y en todos se hace una clasificación. Unas veces había quedado octavo, decimosexto, y ahora me ha tocado ser el primero, pero esto no es una labor de uno. Yo tengo un compañero, que es Pedro Jesús Fortes Pardo, que ha quedado octavo, y sin él no lo habría conseguido. De verdad, ha sido una sorpresa.
¿Pero esto no implica más presión?
Claro que lo es. Esto es como cuando pito un partido de cadetes y tienes la obligación de hacerlo bien por ser árbitro de Primera.
¿También pita partidos de críos?
Sí, siempre. Cuando no pito partidos de Primera, le echo un cable a mi comité territorial. No es extraño verme en un encuentro de juveniles o de Tercera División. Cuando se lo digo a otros compañeros de España, se quedan sorprendidos.
Vamos, que no se le caen los anillos.
Es que me encanta pitar juveniles y cadetes, disfruto mucho con los críos. Ese masoquismo lo llevo en las venas y no noto ningún dolor por el hecho de que me insulten desde la grada. Es más, el ambiente hostil de un pabellón hace que me concentre más.
Vamos, que se aisla.
Muerdo las premolares y vuelco la concentración a un nivel máximo en el partido.
Lo que me molesta del fútbol sala es que los árbitros permiten mucho las protestas de los jugadores y los entrenadores.
¿Por qué somos permisivos, sobre todo en situaciones límites? Porque la temperatura que hay en una pista en ese momento no es la habitual. El problema es que es muy fácil tomar las decisiones en frío, pero en ese momento lo que pretendes es tranquilizar. Ahí es donde radica la dificultad del arbitraje.
¿El árbitro es un incomprendido?
No lo creo. Ahora las doctrinas que recibimos es ser natural, relacionarte con los jugadores, conseguir empatía, no marcar un límite fuerte y establecer un muro no muy ancho entre el árbitro y los jugadores. La dificultad es encontrar la anchura de ese muro, y ahí es donde vienen los problemas.
Dígame quién es el jugador más educado que se ha encontrado, porque el maleducado seguro que no me lo va a decir.
Fuera de la pista son todos excepcionales, no conozco a ningún jugador que no esté a una altura humana. En la pista los hay que tienen ese fusible mental más corto que otros, y de ahí sus reacciones.
Lo que siempre he intentado es mantener una relación muy cordial con los jugadores.
A usted le beneficiaría que ElPozo no estuviera en finales, ¿no?
Hombre, el que esté ElPozo hace que yo no pueda estar.
Pues eso no ocurre en la ACB.
Es cierto, cuando eres árbitro eres árbitro y ya está. Cuando uno está en la pista no mira equipos y está concentrado en su trabajo, porque nosotros también somos egoístas, miramos por hacerlo bien.
Árbitro y del Murcia. Más masoquismo.
Sí, soy socio del Real Murcia desde crío. Recuerdo la época de Figueroa y Moyano, así como de Comas y Aquino. Puedo ir a pocos partidos, pero mientras que pueda, será abonado del Murcia. ¿Pero sabes qué? Con esto del arbitraje, los forofismos que uno adquiere cuando es crío, se acaban.
Pues en periodismo pasa igual.
Fíjate que yo de pequeño habría matado por tener una camiseta de un jugador del Murcia, pero hoy en día no tengo ninguna camiseta de ningún equipo. Ahora veo y admiro el deporte, y disfruto cuando los deportistas se comportan como tales.
Una curiosidad. ¿Qué le dijeron en casa cuando dijo que iba a ser árbitro?
Mi hermano me dijo que era un placer haberme conocido, que ya veríamos si algún día no tenía que venir a un hospital a verme. Pero mi familia está muy orgullosa de lo que he conseguido.
Hombre, claro, ahora, pero yo me refiero a los inicios.
Pensaban que estaba loco perdido, pero me veían contento, que me divertía.

Entrevistado por DIONI GARCÍA .

 Noticia e imagen: http://www.laopiniondemurcia.es/

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