Ochoa pide respeto para los árbitros

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En ocasiones, el insulto puede más que la educación en el mundo del fútbol. En ocasiones, es imposible ver un partido sin escuchar insultos. Siempre, diría yo. Habitualmente, es el trío arbitral el objeto de la ira. O el árbitro únicamente… porque no hay más. Por eso, palabras como las del entrenador del Haro, Roberto Ochoa, son gratificantes. La información es de Diego Marín y la podéis leer íntegra hoy en diario La Rioja. Me parece tan interesante que me he sumado como un altavoz más a ese mensaje. Espero que cale.

El entrenador del Haro, Roberto Ochoa, ha hecho un llamamiento a la afición jarrera para que «por favor, respeten al árbitro». Y es que la hinchada del Haro es conocida tanto por su fidelidad con el equipo como por la excesiva pasión con la que viven los encuentros. La jornada pasada, en el partido que el Haro jugó en La Estrella contra el Calasancio, las críticas contra el árbitro y sus asistentes, que anularon dos goles de Unai por fuera de juego, se tornaron exacerbadas. Incluso se escucharon insultos racistas. Y eso, además de estar fuera de lugar, no ayuda nada al equipo.

«Tengo claro que, si yo fuese línea y me estuvieran insultando desde el primer minuto, me afectaría. Así que prefiero que me insulten a mí, en lugar de a los árbitros», declara Roberto Ochoa. En este aspecto, el técnico jarrero y sus jugadores son los primeros en dar ejemplo. El año pasado el Haro terminó la temporada como el equipo menos amonestado del grupo riojano de Tercera y en las dos temporadas completas que Ochoa ha dirigido ya al equipo blanquinegro no ha sido amonestado ni en una sola ocasión. En sus órdenes durante los partidos nunca se escucha una palabra malsonante. Y su hermano David Ochoa, entrenador de la UDL B, es igual de educado.

Pero parte de la culpa del mal comportamiento de la afición la tiene la junta directiva, que no da ejemplo. «Luis, el presidente, se ha comprometido públicamente a mejorar su comportamiento. La junta directiva hace una gran labor, pero tienen que mejorar en ese otro aspecto», opina Ochoa. Esta llamada de atención de Roberto Ochoa honra al entrenador y, sin duda, lava la imagen del Haro. 

«Arbitrar es difícil. Y los árbitros se pueden equivocar, como yo, el entrenador, y los jugadores. Creo que criticar al árbitro como se le critica es contraproducente, lo tengo claro desde que era jugador», defiende Ochoa. Y es que en El Mazo se ha instaurado la costumbre de gritar, por ejemplo: «¡Qué chorra pitas!»; por hacer la gracia cuando el árbitro pita el inicio del partido. Después, lo único que podemos reproducir en estas páginas es: «¡El árbitro es de Logroño!». Lo demás, cualquiera se lo imagina. Ochoa es sincero y añade: «Digo esto ahora que hemos ganado tres partidos».

Noticia e imagen: La Rioja

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