Los diálogos internos


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Son muchas las situaciones en las que encontramos a un árbitro que, tras algún partido desafortunado durante una competición, se hunde, y su confianza cae en picada. En la gran mayoría de los casos, su estado físico es adecuado pero no es capaz de aprovecharlo, sabe y conoce el reglamento y tiene la experiencia necesaria, pero la cosas no le salen bien, no obstante, en situaciones como las descritas anteriormente suelen tratarse de bajones psicológicos en los que el silbato pierde la motivación, la autoconfianza, la concentración y muchos otros factores que no le permiten rendir.
Técnica efectiva
El cerebro es como un ordenador que nunca está parado y almacena la información que le proporcionamos y obviamente algunas veces lo alimentamos con información negativa la cual conlleva, a que se descomponga emocionalmente, con la finalidad de prevenir estos problemas, existen técnicas de entrenamiento psicológicas que contribuyen a regular los estados emocionales; una de las más conocidas y empleadas es la aplicación de autodiálogos internos, es decir, conversaciones que el árbitro mantiene consigo mismo internamente durante el partido, en los autodiálogos internos podemos encontrar tres tipos de frases: autoafirmaciones, autoinstrucciones y autorrefuerzos.
Controle su estado
Las autoafirmaciones son frases que utiliza el silbato para controlar su estado psicológico recordándose aspectos importantes en momentos de gran relevancia, es necesario que el árbitro realmente se crea sus autoafirmaciones, ya que, si se las repite sin plena convicción, el efecto puede ser negativo. Unos ejemplos serían: “me muestro con actitud receptiva a las opiniones de los jugadores, repaso más las experiencias positivas que las negativas, me entreno mentalmente para visualizar con éxito, normalmente mis pensamientos son optimistas, utilizo rutinas mentales para reducir el estrés o “no me encuentro en mi mejor día, pero puedo rendir lo suficiente para intentar dirigir bien el partido”.
Órdenes e instrucciones
Las autoinstrucciones son “órdenes” que el juzgador se emite a sí mismo sobre una acción que debe realizar. Por ejemplo “cambia de ritmo… ¡ahora!”, remata... ¡ya! la diagonal o la falta… ¡da! para tarjeta roja”. En muchas ocasiones, conviene utilizar una autoafirmación acompañada de una auto instrucción, ejemplo “debo ubicarme mejor porque estoy lejos de la jugada o en este tiro libre debo posicionarme aquí” lo cual ayuda a centrar la atención en los estímulos más determinantes de manera muy efectiva. Por último, los autorrefuerzos son frases gratificantes que el silbato se dice cuando ejecuta una conducta que debe reforzar, son expresiones como “¡bien, tomaste el correctivo adecuado!, ¡así, estas actuando bien! o ¡has pitado un penalti clarísimo!”.
Programé su mente
Todas estas frases es necesario saberlas previamente y antes de cualquier partido para conocer cuáles son las que verdaderamente tienen un efecto positivo en cada uno y en qué momentos las debe emplear. Incluso interesa ponerlas en práctica en entrenamientos, que pueden ser “en vivo” o en imaginación, porque de esta manera podrá seleccionarlas y detectar cuáles son sus momentos críticos. Esto sirve para que el árbitro aprenda a aplicarlas en cualquier situación en un futuro, no sólo para las específicas que se han ensayado, sino para todos los casos, con ello, logra controlar las emociones lo mejor posible. Dialogando internamente se programa la mente para hacer bien las cosas, para planificar y para superar los retos en cada partido.

Artículo escrito por Jose Borda 

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