Que el miedo no lo detenga

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¿Alguna vez sintió miedo antes de dirigir un partido? El nivel del mismo y la gran cantidad de aficionados hacen que el corazón de algunos silbatos lata más rápido, que la boca se les seque cuando entran al estadio, o que transpiren las palmas de sus manos cuando les llega la hora de empezar a arbitrar; otros probablemente, sientan un nudo en el estómago cuando el partido es un clásico y va a ser televisado ¿Qué árbitro no ha tenido estos síntomas? De acuerdo con mi propia experiencia considero que todos, y quien se atreva a negarlo está faltando a la verdad
También es bueno
El sentir temor es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza y se manifiesta frecuentemente. En ocasiones, el miedo puede llegar a ser bueno y mantenerlo saludable, estar un poco asustado le permite aguzar sus sentidos y desempeñarse mejor en un partido o durante una competencia. Algunos silbatos incluso disfrutan el estar en ese estado antes de iniciar. El miedo es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
Alejarse o dirigir
 ¿Alguna vez se ha preguntado por qué su corazón late más rápido y su respiración se acelera cuando está asustado? Tales síntomas son reacciones del cuerpo ante el miedo y en ocasiones nos hacen resistir o huir, son sensaciones que la gente ha poseído a lo largo del tiempo. Hoy día, los árbitros tienen dos opciones frente a las cuales decidir cuándo un jugador o una multitud lo intimidan, lo enfrentan y no son capaces de entrar en razón; una de ellas es dar la media vuelta y alejarse (huir), y la otra es dirigir (resistir), aun cuando sepan que el solo hecho de hacerlo no resolverá el problema. Cuando un árbitro resuelve asumir un partido y dirigirlo pese a las adversidades se está enfrentando a su propio miedo.
Otros síntomas
El miedo produce cambios fisiológicos inmediatos, se incrementa la presión arterial, la glucosa en la sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunitario se detiene al igual que toda función no esencial, la sangre fluye a los músculos mayores, especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células, especialmente adrenalina. También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, fruncimiento del ceño y estiramiento horizontal de los labios.
Calma y serenidad
En una situación complicada en un partido, la calma, la presencia de ánimo y la relajación del cuerpo permiten actuar con eficacia en la toma de las mejores decisiones. Si busca salir airoso cuando surgen este tipo de circunstancias debe mantenerse sereno, esa es la garantía del éxito, pues el miedo permanente paraliza. Si se asume una posición ante él y se cumple correctamente el reglamento, se puede encontrar la solución en el momento adecuado, pues esta no se da de manera inmediata. Este es el mejor argumento para actuar acertadamente cuando estamos en condiciones de peligro. Por eso en situaciones de miedo, si lo que quiere es dejarse vencer por él, “quédese quieto”, pero si lo que busca es superar el problema, no piense tanto sólo “actúe”…
Noticia escrita por Jose Borda 

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