Undiano Mallenco: "Puede que los árbitros nos vendamos bastante mal"

Undiano Mallenco vuelve la Champions, y los mejores futbolistas lucen sus mejores galas. ¿Qué piensa un árbitro de los que les acompañan en los grandes escenarios? Pues todo esto.

¿Y usted por qué es árbitro?
Por casualidad. No existe antecedente alguno en mi familia y yo jugué al fútbol sólo hasta los 13 años, en mi barrio. Cuando entré en el instituto lo dejé, no era nada del otro mundo. Un día, un amigo me animó a acompañarle, iba a arbitrar un partido... y me gustó.

¿De qué jugó?
De lateral cuando me ponían.

¿Lateral leñero o carrilero?
Patadas daba pocas, en siete u ocho años recuerdo que vi una tarjeta y amarilla. Mi equipo era el Cardenal Ilundain, de Pamplona.

Sería de Osasuna, claro.
Sí, solía ir a ver sus partidos con mi padre. Mi equipo era filial de Osasuna y me gustaba ver aquellos equipos de Goiko, Pizo Gómz, Robinson...

Manudo Osasuna, lo conoce Cristiano y se vuelve a Manchester.
¡Je, je! Osasuna siempre fue un equipo fuerte, aguerrido... Pero el juego ha evolucionado a mejor sobre todo porque es más rápido y los futbolistas, más técnicos. Antes les daba tiempo de parar la pelota y pensar, ahora es casi imposible.

Fútbol rápido, peor para el árbitro.
Dificulta nuestra labor, sí. Ahora, la pelota está en un área y en tres segundos te la meten en la otra. Eso nos exige estar mejor preparados: el árbitro de hoy tiene que ser un atleta. 

¿Un mediofondista?
Mejor le diría un decatleta, ni muy bueno ni muy malo en varias especialidades. Es mi caso: no soy un diez en nada, pero me manejo bien en casi todo. Para eso me entreno cada día y trato de ser razonablemente rápido, resistente... Pasa como con los futbolistas, tampoco ahora a nosotros nos da tiempo para parar y pensar.

¿Qué partido recuerda con especial cariño?
El de mi estreno en el campo del Celtic de Glasgow, la verdad es que me impresionó el ambiente. Había escuchado hablar de cómo viven allí el fútbol... Y se quedaban cortos. Fue en una previa de la Champions y se pasaron los 90 minutos apoyando a su equipo sin un desmayo. ¡Y sin meterse con el árbitro ni con el rival! Percibí que, como en todas partes, el fútbol es pasión, pero su respeto por el juego y por los protagonistas es superior al nuestro.

¿Y no sería conveniente incorporar medios técnicos al arbitraje?
Los árbitros tenemos poco que decir en esto, los que mandan son los señores de la International Board, los que deciden cómo es el arbitraje. Al respecto pienso que deberían escuchar a entrenadores y futbolistas, no sólo a los árbitros. Nadie se opondría a incorporar una ayuda, pero no es algo que esté en nuestras manos. De todas maneras hablamos de una ayuda cara. Primera División, Champions League, Eurocopas, Mundiales, esos partidos son los menos, son muchísimos más los que se disputan en categorías donde resultaría económicamente imposible dotar a cada estadio de un soporte técnico, pensemos en el ojo de halcón por ejemplo. La gracia del fútbol es que las normas son las mismas en la final de un Mundial que en un partido de cadetes. De todas maneras...

¿Sí?
Existen diez o doce proyectos que la International Board está estudiando, dirigidos todos a mejorar el fútbol. Pero tengamos claro que la certeza absoluta en una jugada complicada, si una pelota entró o no en la portería o si se perdió por la línea de fondo, eso no lo vamos a conseguir nunca. Y me da la impresión de que el fútbol no sería lo mismo sin la polémica arbitral.

Pues menudo porvenir...
A veces me lo pregunto y acabo pensando que igual el fútbol perdería salsa, la afición está acostumbrada a según que 'shows'... Lo único cierto es que el fútbol es pasión dentro de un orden. No hay árbitro en el mundo que quiera equivocarse, sería absurdo.

¿Y en su casa no le dicen que lo deje, que ya lo probó, que mucha gente dice y desde hace tiempo que es usted el mejor árbitro de España y que ya está bien?
No. Mis padres me vieron debutar, él no quería que fuera árbitro, pero vio mi ilusión y me acabó apoyando. Y mi mujer me conoció siendo árbitro de Segunda División. Estas todos muy acostumbrados y mis hijos son muy pequeños, no se enteran de qué va todo esto.

¿Se considera eso, el mejor de España?
No, cualquiera de mis compañeros tiene un nivel altísimo, no existe apenas diferencia entre unos y otros. Lo de mejor y peor es opinión ajena, no me lo he planteado nunca.

¿Un jugador especial, para comérselo de bueno?
César Palacios, el actual director deportivo del Numancia. Ejemplar en el trato con sus compañeros, rivales y equipo arbitral. Hay otros, pero puesto que me pide uno, es él.

¿Los jugadores son mayormente raritos también con ustedes?
Son chicos jóvenes, con un vaquero y una camiseta no los reconocerían paseando por cualquier calle de España. Cuando se visten de corto les pasa como al guardia civil, que es algo más.

¿Incluso los jugadores más mediáticos?
También. En el campo, ni un problema. O ninguno más que el de cualquier otro futbolista.

Igual es que es más fácil lidiar un miura en el Bernabéu que una vaquilla en un campo de regional.
Seguro. El mérito grande es el del árbitro que empieza, el que se sube solo a su coche y recorre cientos de kilómetros para dirigir un partido de regional? ¡Ni pintadas las rayas están a veces! En Primera no hay problema. Yo tuve la suerte de pasar muy rápido por esas categorías, ventaja ser navarro donde no hay muchas categorías regionales. En mi tierra no pasa como en Andalucía u otras comunidades autónomas, que con tantísimo equipo hay Segunda Regional, Primera Regional, Preferente, Tercera? Yo ascendí con 19 años a Tercera, viví algún partido caliente, pero pocos.

El Mundial es el colofón, claro.
Un sueño. No solo para árbitros o futbolistas, también para ustedes los periodistas, ¿verdad? Yo no me lo creí hasta que pisé Suráfrica y siempre podré presumir que estuve en el Mundial que ganó España. ¡Ojalá repitamos!

Cada partido que ganaba la Roja le alejaba a usted de la final. ¿Llegó a pensar que si palmaba más se perdió en Cuba?
¡Ja, ja! No, nuestros intereses personales son contrarios a los de la selección de nuestro país, nunca un español arbitrará un partido oficial a España. Junto a Fermín Martínez y Juan Carlos Yuste, los asistentes que me acompañaron, disfruté mucho del campeonato, fuimos tres hinchas más del equipo.

¿Hubo piques con sus colegas alemanes, holandeses...?
Pues sí, claro. Fueron muchos días juntos y comentábamos los partidos. Tras perder con Suiza nos vacilaron, empezáis perdiendo nos decían y nosotros nos refugiábamos en aquello de que esto no es como empieza sino como acaba... Y ya vimos cómo acabó. El ambiente entre nosotros fue siempre buenísimo.

¿No cree que a los árbitros les falta comunicación con el exterior?
Es divertido escucharle y no se prodigan, viven casi metidos en una urna. Sí, puede que los árbitros nos vendamos bastante mal. La comunicación con los medios informativos es muy puntual, estamos muy a la defensiva debido a que nos llamais solo cuando pasa algo conflictivo, si el contacto llegara también cuando las cosas nos salen de cara seguro que nos abriríamos más. Se nos ve como bichos raros y no lo somos, a un árbitro a veces le salen las cosas bien y otras peor, como a todo el mundo. Coincido con usted: podríamos abrirnos más para tener más cariño, más proximidad de la gente, pero los medios de comunicación podrían tratarnos con más cariño.

Reflexión interesante.
El árbitro se equivoca, pero queriendo... ¡ninguno! Cuando acaba un partido y nadie se metió con él, el árbitro es el tío más feliz del mundo. Debemos admitir también que uno forma parte de una sociedad, de una manera de vivir. En Inglaterra y los países nórdicos no existe el gusto por la discusión que hay aquí. Siempre digo que si me sueltan en un aeropuerto con los ojos vendados sabré en qué lugar de Europa estoy: si hay gritos, discusiones, será en el sur; España, Italia, Grecia, Turquía? Es una pasión distinta, es el clima...

Tiene usted 37 años, ¿cree que acabará su carrera y esto habrá cambiado?
Nos jubilan con 45: lo dudo... Me quedo con lo que tengo, el placer de estar en la considerada mejor Liga del mundo y no sólo por los equipos y los futbolistas, también por los árbitros: el nivel del arbitraje español es altísimo. Mi reto es seguir siendo internacional, estar en la próxima Eurocopa, en el Mundial de Brasil? Aspiro a lo que cualquiera en su tarea: a mejorar, alcanzar objetivos, ser mejor.

¿Le gustó la entrevista?
Sí, hablamos de fútbol desde el lado del árbitro. Y la gente me conocerá mejor. Siempre digo lo mismo: cuando una persona conoce a un árbitro percibe que es como él, una persona normal.
Noticia e imágenes:http://deportes.es.msn.com/

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