Bernardino González: «Me voy porque me lesioné; una pena, pero es así»

Entrega el testigo a Iglesias Villanueva en la élite del arbitraje español, pero por mucho tiempo, el ourensano Bernardino González Vázquez (Fráncfort, Alemania, 1966) ha sido la imagen de los árbitros gallegos de Primera.
-Se va un grande. ¿Se marcha como le hubiese gustado?
-Bueno. Me voy porque a mediados de febrero me lesioné durante un entrenamiento y luego no pude terminar la temporada; una pena, pero es así. Fue un giro que me dañó la rodilla, los ligamentos y el menisco.
-Fue definitivo, deduzco.
-Hablé con el comité porque yo ya no pude arbitrar más y ellos me dijeron que esta temporada iban a ser solo veinte árbitros, y yo no podía garantizarles con seguridad que iba a estar en plenas condiciones durante toda la temporada.
-¿Con qué se queda?
-Pues con todas las experiencias que he vivido en el arbitraje. Y en el fútbol. Tanto a nivel de equipos como de compañeros.
-¿Recuerda la primera vez que dirigió un partido?
-Perfectamente. Fue en 1984. Un sábado por la mañana. Dos partidos. El primero, de infantiles. El siguiente, de alevines. Incluso me acuerdo de los resultados: 1-11 y 0-16. Fue en los Salesianos de Ourense.
-¿Le apetece enseñar?
-Pues no lo sé, nunca se sabe. El comité me dio la opción de colaborar con ellos, pero no sé de qué manera. Podría ser haciendo informes, pero no lo sé. ¿Formar a otros árbitros? No digo que no a nada...
-¿Su futuro está vinculado al arbitraje en todo caso?
-El futuro no existe. Existe el hoy. Repito que estoy abierto a todas las posibilidades.
-¿Lo echará de menos?
-Segurísimo. Dentro de unos meses, seguro. Trataré de hacer algunas cosas, tengo mi empresa, pero necesito hacer algo vinculado al deporte
-¿Se ha sentido maltratado?
-Nunca me he sentido maltratado. Soy afortunado de vivir lo que he vivido. Los árbitros somos profesionales de la presión.
-¿Realmente disfruta del deporte en esas circunstancias?
-Uno disfruta del deporte de todos modos. A pesar de ello, creo que en un futuro esta actitud negativa hacia los árbitros cambiará. Evoluciona, muy lentamente, pero evoluciona. Es una labor que debemos realizar entre todos, incluidos los padres de los jugadores.
-¿Es optimista?
-Sí. Hace veinte años estábamos mucho peor que ahora. No había los medios que tenemos ahora. Aunque a alguno le vale cualquier cosa para criticar a los árbitros... pero allá cada uno.
-Durante el Mundial se abrió el debate acerca de la conveniencia de disponer de tecnología de ayuda al arbitraje. ¿Usted qué opina?
-Dicen que los árbitros no quieren la tecnología. Pero en realidad, aplicamos normas que nosotros no legislamos. Tampoco es sencillo para la FIFA. Debe legislar un deporte que se practica en todo el mundo, con condicionantes sociales y económicos muy diferentes.
-¿Qué solución hay, pues?
-A corto plazo, pocas. Se probaron muchas aplicaciones tecnológicas, pero hasta ahora nadie puede asegurar una en la que la tecnología no falle. Todo lo que sea beneficioso para el fútbol, bienvenido sea, y si se facilita la labor del árbitro, mucho mejor. Por supuesto.
-En otros deportes, la tecnología se aplica sin problema.
-Pero no podemos convertir el fútbol en un deporte que se detiene cada dos por tres. No se puede esperar treinta segundos por una decisión arbitral. Esto sucede, sí. Pero hay que preguntarse en qué deportes y en qué países. Es una cuestión casi cultural.
-Puestos a poner un chip, que inventen uno que obligue a respetar al árbitro.
-Je, je... deberían. Es importante que nos convenzamos de que el árbitro es el principal interesado en no equivocarse. No hay ningún trasfondo detrás, por mucho que insistan. Son solo errores. Humanos. Pero a nosotros siempre se nos pone en entredicho.
-¿Comprendería que sus hijos se dedicasen a esto?
-Tienen tres y cinco años y de momento no les da por ningún tipo de actividad. Pero yo no les diré que no, ni que sí. Si quieren practicar deporte, de la forma que sea, que lo hagan.
-Se va usted y queda Iglesias Villanueva. Un solo árbitro gallego en Primera División no es demasiado.
-Uno no es mucho, es cierto. Pero es necesario pensar que en porcentaje es muchísimo, porque solo hay una veintena de árbitros en Primera. Y hay gente en Segunda con un buen nivel. Creo que el nivel del arbitraje gallego es muy bueno.
-¿Satisfecho con su carrera?
-Pues estoy tremendamente satisfecho. Hubiera firmado por mucho menos que a lo que he llegado.
-¿Piensa que habrá árbitros profesionales?
-Estoy convencido de que el arbitraje camina hacia el profesionalismo. No veo otro camino. Pero que quede claro que eso no evitaría que hubiese errores. De todos modos, eso es una dura lucha, porque hay intereses. Los clubes disponen de un buen servicio arbitral para el precio económico que están pagando.


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