Final de Copa y fin de carrera

El mejor estadio de Europa despedió al mejor árbitro español de las dos últimas décadas. El silbato de Manuel Enrique Mejuto González dejó de sonar el miércoles, en el Camp Nou, con la final de la Copa del Rey entre el Atlético de Madrid y el Sevilla.
El Comité Técnico de Árbitros difundió el nombre del langreano como el elegido para pitar el encuentro que cerrará la temporada y en el que tendrá como jueces de línea al asturiano José Manuel Fernández Miranda y al murciano Raúl Cabañero Martínez. Su designación es un gesto de confianza y reconocimiento hacia un colegiado que se va en posesión de un doble récord, ya que es el español que más partidos ha dirigido en Primera y que más encuentros internacionales ha pitado.
Más allá de los números y de las marcas, Kike Mejuto se marcha con buena prensa generalizada, algo difícil de lograr para un árbitro en este deporte, industria y espectáculo llamado fútbol. Ha dejado impronta por su gestión dialogante sobre los terrenos de juego, con más inclinación hacia la palabra que hacia la sanción.
En los últimos años, ya entre la flor y nata del arbitraje internacional, su carrera ha discurrido con menos fortuna que acierto. Se quedó fuera del Mundial de Alemania hace cuatro años debido a que sus ayudantes no superaron las pruebas físicas (lo irónico es que el langreano acababa de demostrar que era el colegiado más en forma del mundo) y en la Eurocopa de Austria y Suiza, hace un par de años, su carrera hacia la final se vio frenada por la selección española, que alcanzó esa final y la ganó, frente a Alemania. Para el Mundial venidero, en Sudáfrica, el navarro Alberto Undiano Mallenco fue el elegido como representante español.
Antes de la final copera en el estadio barcelonista, es previsible que Mejuto sea designado para pitar su último partido de Liga este fin de semana. Con su retirada, César Muñiz Fernández se convertirá en el único árbitro asturiano en Primera.

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